Con este primer paso los soviéticos daban muestra de su gran potencial tecnológico. Incluso posteriormente la URSS prosiguió con éxito su programa espacial enviando al espacio a la perra Laika, a bordo del segundo Sputnik. En un inicio la URSS pensó desarrollar un satélite de gran tamaño, y así llevar varios instrumentos científicos de medición. Sin embargo, las autoridades soviéticas temían que Estados Unidos lo lanzara antes, y decidieron realizar uno simple y liviano de 58 centímetros de diámetro. Pese a su pequeño tamaño, abrió un camino de avances para la humanidad, y fue un símbolo para el mundo.
Conozca más: El futuro de la carrera espacial entre EEUU, Rusia y China
Sobre el lanzamiento de Sputnik hablamos con Martín Baña, historiador argentino, docente de la cátedra de Historia de Rusia de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. También conversamos con el astrofísico argentino Mario Díaz, integrante del equipo que participó en el descubrimiento de las ondas gravitacionales, por el cual sus directores recibieron el Premio Nobel de Física 2017.
"El envío del Sputnik al espacio sirvió para reforzar y consolidar la posición de la URSS como un faro dentro del mundo, en el sentido de que podía mostrar que la sociedad comunista que intentaba construir era una opción viable dentro del mundo (..) Fue el puntapié inicial pero fundamental para el desarrollo de las telecomunicaciones y el modo en el cual el mundo hoy se conecta", señaló Baña.