La autodeterminación, amenaza que preocupa a los Estados nacionales

En España, las relaciones entre Madrid y Barcelona alcanzaron un punto de máxima tensión con el referéndum del 1 de octubre. Los catalanes consideran que están dadas las condiciones para iniciar su independencia del Estado español tras una consulta que las autoridades nacionales tildan de ilegal, por atentar contra la unidad "indisoluble" del país, marcada por la Constitución.

Pocos días antes, en el Kurdistán iraquí, se realizaba una elección no vinculante para consultar al pueblo sobre la independencia de la región. El resultado aplastante a favor de cortar los vínculos con Bagdad puede dar nuevos bríos a los kurdos de los países vecinos y hacer tambalear la estabilidad de Irak.

El derecho a la autodeterminación es la justificación detrás de ambos procesos electorales, que a pesar de suceder en regiones muy distantes, tienen varias similaridades. Según explicó a Sputnik el experto mexicano Emerson Segura, esta facultad está reconocida únicamente en las Constituciones de tres países: San Cristóbal y Nevis, Etiopía y Liechtenstein.

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"Realmente son pocos los países que reconocen el derecho a la autodeterminación [en sus Constituciones]. Los catalanes apelan al derecho internacional y a resoluciones de la ONU donde está especificado", explicó Segura.

​"Pero hay que ser muy específicos, porque las resoluciones de la ONU aclaran que es exclusivamente en situaciones de dominio colonial o a minorías de un Estado que están en condiciones de subyugación o cuyos derechos humanos están siendo afectados", agregó el experto del Centro de Estudios Internacionales 'Gilberto Bosques' del Senado de México.

A criterio del analista, "difícilmente una comunidad autónoma con tantas facultades como Cataluña" entraría en esta clasificación. Tanto la Constitución española y el Estatuto de Autonomía conceden a la Generalitat (el Gobierno local) amplias competencias.

La situación además se ve obstaculizada porque la Constitución de 1978, que proclama la unidad territorial española, fue aprobada en 1977 por cerca de un 90% de los catalanes.

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"Es entendible en cierto punto la intención de los catalanes y sobre todo del Gobierno [regional] actual de Junts pel Sí y la Candidatura de Unidad Popular de querer la independencia. Pero creo que difícilmente hay un camino que los oriente tanto por mecanismos internos jurídicos como por el derecho internacional", opinó el experto.

Un actor no menor como la Unión Europea "ha respaldado completamente al Gobierno de Mariano Rajoy", a pesar de condenar el uso de la fuerza por parte de efectivos de Policía y Guardia Civil enviados por Madrid a detener las elecciones. Varias naciones del bloque secundaron esta postura, entre ellas Francia, Italia o Alemania.

​Este es el punto en el que el proceso kurdo se asemeja al catalán. Según David Hernández, también especialista del Centro 'Gilberto Bosque', "la secesión necesita apoyo internacional".

"El referéndum kurdo no lo tiene. Los países alrededor, así como importantes naciones europeas, también han dicho que el referéndum no es válido y que no lo van a reconocer como tal, a pesar de que no es vinculante", puntualizó el especialista.

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La región autónoma del Kurdistán iraquí "está reconocida por la Constitución" de 2005. Sin embargo, los kurdos son "una de las minorías más grandes en el mundo que no cuentan con un Estado". En ese sentido, una eventual secesión no afecta apenas los vínculos con Bagdad sino también con países de la región como Siria, Irán y Turquía, con una importante población kurda en parte de su territorio.

"[Esos países] han dicho que este referéndum es ilegal y han establecido sanciones en contra de la región autónoma como forma de presión, para no permitir la legitimidad del propio referéndum y que en un futuro la propia región desista de sus intenciones secesionistas", indicó Hernández.

Según el experto, el derecho internacional contempla la autodeterminación como "un principio político" que depende del apoyo que tenga en el exterior. Si fuera "universal", implicaría "cuestionar al propio sistema internacional basado en Estados", concluyó.