"Es complicada la pregunta sobre qué está causando actualmente las afectaciones de salud en Cuba, pero nuestros miembros están claros de que ellos tienen una misión que cumplir", declaró a la publicación la titular de ese sindicato tras consultar el criterio de los 16 000 miembros de la AFSA.
"Solemos operar con serios riesgos de salud en diversos ambientes, bien sean parásitos que pueden desgarrar nuestra sangre en África, exposiciones al virus del Zika y la fiebre del dengue o la polución en China y la India", describió la líder sindical a BuzzFeed.
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Rex Tillerson, secretario norteamericano de Estado, aseguró el 17 de septiembre en entrevista televisada que Washington evalúa un posible cierre de su embajada ante La Habana por la presunta ocurrencia de incidentes que causaron sordera a varios funcionarios de esa legación diplomática y a sus familiares.
El canciller de la isla caribeña, Bruno Rodríguez, sostuvo esta semana durante un encuentro con Tillerson en Washington que la investigación para esclarecer los hechos continúa en curso, y que La Habana tiene gran interés en concluirla.
Rodríguez reiteró a su par la seriedad, celeridad y profesionalismo con que las autoridades cubanas han asumido este tema, y ratificó que por indicaciones del más alto nivel gubernamental se inició una pesquisa prioritaria desde el mismo momento en que se conoció sobre los hechos.
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Redundó el jefe de la diplomacia cubana en que el gobierno de su país no ha perpetrado nunca ni perpetrará atasques de ninguna naturaleza contra estos funcionarios, y tampoco ha permitido ni permitirá que su territorio sirva a terceros para llevar a cabo tal propósito.
Sectores interesados en retrotraer el proceso de normalización de relaciones iniciado oficialmente entre ambas partes desde el 17 de diciembre de 1914 aprovecharon las noticias sobre lo sucedido, atribuido por medios estadounidenses a "ataques acústicos", pese a que no existen evidencias al respecto y fuentes científicas rechazan tal afirmación.
Personalidades como el senador estadounidense de origen cubano Marco Rubio, uno de los principales gestores del cambio de política anunciado por el presidente Donald Trump en Miami el 16 de junio último, demandaron a Tillerson el cierre de la embajada en la isla y cortar los nexos diplomáticos.
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Sin embargo, un cambio de matiz se observó esta semana en la postura del Departamento de Estado, cuando su portavoz, Heather Nauert, confirmó que 21 estadounidenses fueron confirmados médicamente como afectados y se limitó a expresar que fue "por incidentes en Cuba", sin utilizar el término "ataque sónico".