"Consideramos que la decisión anunciada por el Departamento de Estado (de EEUU) es precipitada y va a afectar las relaciones bilaterales, en particular, la cooperación en temas de interés mutuo y los intercambios de diversa naturaleza entre ambos países", dice el comunicado firmado por la directora para EEUU del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, Josefina Vidal.
Las medidas obedecieron a los incidentes, aún de origen desconocido, que ocasionaron problemas de salud a 21 diplomáticos estadounidenses destacados en Cuba.
El 26 de septiembre, el canciller cubano Bruno Rodríguez y el secretario de Estado, Rex Tillerson, sostuvieron un encuentro en Washington para discutir este asunto.
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En la reunión, Rodríguez pidió a Tillerson "no tomar decisiones apresuradas que no se sustentan en evidencias ni en resultados investigativos concluyentes (…) y no politizar un asunto de esta naturaleza", además de reiterarle "la solicitud de cooperación efectiva de las autoridades estadounidenses para llevar a buen término la investigación en curso sobre los alegados incidentes con diplomáticos de EEUU en La Habana", recordó este 29 de septiembre Vidal en su comunicado.
Los funcionarios estadounidenses afectados desde el año pasado fueron diagnosticados con pérdida de audición, conmoción cerebral leve y otras dolencias, y han presentado síntomas como zumbidos, pérdida de equilibrio y jaquecas, entre otros.
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Ni EEUU ni Cuba han logrado determinar hasta ahora, en sus respectivas pesquisas, la causa de estos incidentes, aunque algunas fuentes estadounidense se han referido a un supuesto ataque con un dispositivo sónico.