Los equipos que estaban realojados en otras unidades han retornado a sus instalaciones originales, al tiempo que la Secretaría Municipal de Salud organizó algunas actividades gratuitas para los residentes de la favela.
El miércoles, las autoridades de la secretaría habían informado que unos 1.600 escolares no habían podido retomar las clases debido a que los centros educativos a los que asisten se encuentran cerca de lugares donde pueden registrarse enfrentamientos que pongan en riesgo sus vidas.
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Por su parte, el alcalde Marcelo Crivella informó que se realizarán actividades de limpieza, reparación de la red de iluminación pública dañada durante los tiroteos y la instalación de nuevas redes de iluminación, así como la remoción de escombros y el arreglo de las viviendas afectadas por los disparos.
Pero tras cuatro días sin que la Policía Militar pudiera controlar los enfrentamientos, el Gobierno del estado de Río de Janeiro pidió de manera urgente la colaboración de las Fuerzas Armadas, que se desplegaron alrededor de la favela el 22 de septiembre.
Varios fusiles, pistolas y explosivos caseros fueron hallados en distintos allanamientos realizados por la policía, así como más de 2.000 municiones y cargadores.