Según datos de la Secretaría Municipal de Educación, todavía permanecen cerradas dos escuelas y se estima que unos 1.600 alumnos no han podido retomar las clases en toda la ciudad, debido a que los centros educativos a los que asisten están cerca de lugares donde pueden tener lugar enfrentamientos que pongan en riesgo su integridad.
Los tiroteos entre grupos rivales vinculados al narcotráfico comenzaron el 17 de este mes, lo que motivó la actuación de la policía al día siguiente.
Pero tras cuatro días sin que la Policía Militar pudiera controlar los enfrentamientos, el Gobierno del estado de Río de Janeiro pidió de manera urgente la colaboración de las Fuerzas Armadas, que se desplegaron alrededor de la favela el día 22.
Varios fusiles, pistolas y explosivos caseros fueron hallados en distintos allanamientos realizados por la policía, así como más de 2.000 municiones y cargadores.

