"Estamos dispuestos para las negociaciones; al principio, antes del inicio del referéndum, se anunció que es un proceso exclusivamente pacífico", dijo en una rueda de prensa organizada por el grupo mediático Rossiya Segodnya.
Babakr subrayo que el Kurdistán iraquí no amenazó a nadie, "pero sí había amenazas por parte del primer ministro de Irak, Haider Abadi".
"Por supuesto abogamos por sentarnos en la mesa de negociaciones y dialogar de manera pacífica, ocuparnos de reclamaciones territoriales y del reparto de los recursos naturales, el Gobierno del Kurdistán está listo para ello", indicó.
"Estoy plenamente convencido de que esos problemas se resolverán y la extracción y la transportación del petróleo continuará", dijo a Sputnik.
Karim informó que el Kurdistán iraquí en particular tiene contratos firmados con las empresas rusas Rosneft y Gazprom Neft.
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Asimismo, la decisión de las autoridades de Bagdad de suspender los vuelos internacionales del Kurdistán iraquí repercutirá no solo en la autonomía, sino en todo el país.
"Eso influirá no solo en Kurdistán eso repercutirá en todo Irak, a decir verdad, no se trata de un paso sabio", dijo Karim.
La provincia de Kirkuk no obedece al Gobierno ni al Parlamento de Irak, declaró a Sputnik Najmidin Karim.
Anteriormente, el Parlamento iraquí votó a favor de la destitución de Karim quien expresó su apoyo a la celebración del referéndum del Kurdistán iraquí.
El gobernador calificó esa decisión de "ilegal e inconstitucional".
"Las leyes referentes a Kirkuk son claras en que Kirkuk no está sometido al primer ministro ni al Parlamento", subrayó Karim.
El 25 de septiembre el Kurdistán iraquí celebró una consulta soberanista no vinculante, cuyos resultados se darán a conocer el 28 de septiembre.
Bagdad advirtió que no reconocerá el plebiscito que califica de unilateral y contrario a la Constitución y que fue convocado a pesar de la suspensión anunciada por el Tribunal Supremo iraquí el 18 de septiembre.
En contra de la convocatoria del referéndum se pronunciaron la ONU y varios países como Turquía, Irán, Alemania, EEUU o el Reino Unido.
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Entre la autonomía y el centro existía un convenio, según el cual el Kurdistán entregaba no menos de 250.000 barriles de petróleo diarios a Bagdad y el Gobierno a cambio garantizaba el envío del 17% del presupuesto estatal a la región.
Posteriormente las partes dejaron a un lado el acuerdo, culpándose mutuamente de incumplirlo.
Hoy por hoy Irak y el Kurdistán iraquí venden petróleo cada uno por su cuenta, sin compartir las ganancias.
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La situación se ve dificultada por el hecho de que las fuerzas de defensa propias del Kurdistán, los peshmerga, controlan gran parte de la provincia de Kirkuk, rica en petróleo, que no entra de forma oficial en la autonomía kurda.