Durante su Presidencia, entre 1969 y 1974, Richard Nixon utilizó esta estrategia, denominada la Teoría del loco —Madman theory, en inglés—. Este truco consistía en que el expresidente de EEUU se comportaba en la arena internacional de forma impredecible para hacer creer a los otros líderes mundiales que estaba realmente loco. El objetivo final era que sus colegas actuaran contra sus propios intereses. Es decir, se hacía el loco.
Los indicios de que Trump habría elegido esta misma estrategia empezaron a surgir desde su investidura como presidente de EEUU, prosigue el artículo de BBC.
Las sospechas no hicieron más que aumentar el mes pasado, después de que el mandatario estadounidense advirtiera de que respondería "con fuego y furia" a Corea del Norte si esta amenazaba a EEUU. Por si fuera poco, esta semana, el político ha ido todavía más lejos y ante la Asamblea General de la ONU ha asegurado que "destruiría completamente" el país asiático.
"Puede ser que [Trump] crea que la Teoría del loco es la teoría correcta en este caso", dijo el periodista David Brooks, durante el programa PBS Newshour.
Por su parte, la historiadora Joan Hoff explicó a la cadena BBC que no tiene ni una sola prueba de que Nixon realmente hubiera aplicado la Teoría del loco en el pasado.
Además, subrayó que es posible que "estas suposiciones sean ciertas cuando se aplican a Trump", que según su opinión "no sabe nada de política exterior".
No obstante, hay otras voces que califican de loco no al mandatario estadounidense sino al líder norcoreano Kim Jong-un. El mismo Trump ya lo ha hecho en una ocasión en su cuenta de Twitter.
A su vez, el experto en materia de seguridad Howard Stoffer, que trabajó durante 25 años para el servicio exterior de EEUU, destacó que Kim Jong-un tampoco aplica este práctica.
"Es muy calculador. Lanzan comunicados que son muy rimbombantes y militaristas, pero él no ha lanzado misiles hacia Guam, Estados Unidos o sobre Corea del Sur", dijo.
Según el experto, una persona que ocupa un cargo que implica tanta responsabilidad no puede mostrarse impredecible.
"La Teoría del loco no funciona en la diplomacia internacional", subrayó.
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