"No existe una fuerza capaz de hacernos aceptar la creación de unas Fuerzas Armadas de Kosovo", enfatizó el ministro de Defensa serbio, Aleksandar Vulin.
Serbia considera que la fuerza internacional KFOR —del inglés 'Kosovo Force'— es la única fuerza militar legítima en la región, lo que se corresponde con la resolución número 1244 del Consejo de Seguridad de la ONU. Sin embargo, en el territorio de Kosovo en 2009, es decir, un año después de que la región se declarara independiente, se formaron las Fuerzas de Seguridad de Kosovo, que engloban a unos 5.000 soldados y 3.000 reservistas.
Tanto Rusia como Serbia consideran que la creación de un Ejército en Kosovo es un paso muy arriesgado para la estabilidad de los Balcanes y el continente europeo.
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Desde hace tiempo existen debates sobre la necesidad de convertir las Fuerzas de Seguridad de Kosovo en unas auténticas Fuerzas Armadas bajo los estándares y la batuta de la OTAN.
En este caso, las leyes de Kosovo estipulan que no es posible formar unas Fuerzas Armadas propias sin la aprobación de los diputados del Parlamento, en el que tienen presencia las minorías del país —incluida la serbia—. Llegados a este punto, los diputados serbios no respaldarán esta decisión, recordó Vulin.
Sin embargo, algunos analistas no entienden las razones por las que se ha generado toda esta polémica alrededor del Ejército kosovar.
"Las noticias de que Kosovo algún día llegará a formar parte de la OTAN son cuentos de hadas. La OTAN ya está presente en Kosovo a través de la misión KFOR y hasta el propio Estado de Kosovo fue creado gracias a la intervención de la Alianza", afirmó el politólogo kosovar Beljulj Becaj.
La OTAN insiste en que el proceso de formación de las nuevas unidades militares se realice de una manera jurídicamente impecable, por eso el Ejército aparecerá, pero más tarde de lo que querría Pristina, sostuvo la profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de Nis, Sasha Knizhévich.
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