La coalición soberanista y de izquierdas mallorquina, que gobierna la comunidad autónoma de Baleares junto con los partidos socialistas español y mallorquín (PSOE y PSIB), ya ha aprobado la hoja de ruta que será votada en la asamblea del partido el 28 de octubre. Su objetivo es claro: plantear una República de Mallorca y, si se presta, la del resto de islas: Ibiza, Menorca y Formentera. El anuncio llega cuando falta poco más de una semana para que se celebre el referéndum de independencia de Cataluña.
Efecto contagio
Fernández se desmarca de los partidos de derechas españoles y a pesar de que es autor de numerosas publicaciones entre las que destaca 'Izquierda y republicanismo: el salto a la refundación' (Akai, 2010), reconoce que "la derecha tiene razón cuando dice que se está intentando hacer saltar por los aires el Estado español".
"Por eso el Gobierno [español] está teniendo una actitud lo más pausada posible. Porque sabe muy bien que no se trata del derecho a decidir de Cataluña, sino de 'abrir el melón' por el que se cuele una dinámica que puede durar muchas generaciones. Ese resultado puede ser lo que tenemos ahora en los Balcanes: una situación identitaria que se lo come todo y una imposibilidad de hacer frente al neoliberalismo y a los problemas sociales que tenemos con medidas justas", argumenta.
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MÉS per Mallorca, por su parte, defiende la convocatoria de un referéndum denunciando que "el actual sistema constitucional de autonomías ya está agotado" y arguye, además, que Baleares sale perjudicada económicamente por el Gobierno central; un argumento utilizado por los independentistas catalanes durante los últimos años.
Y es que en las últimas elecciones catalanas de 2015, tomadas por muchos como un plebiscito sobre la independencia y de donde surgió el Gobierno de Carles Puigdemont, el bloque soberanista obtuvo el 47,8% de los votos.
"El soberanismo catalán no es que se caracterice por ser demasiado democrático, porque inicia un proceso sin tener la mayoría del país. Gracias al sistema electoral catalán, que beneficia a los nacionalistas de los pueblos pequeños, tienen mayoría en el Parlament".
Fernández alerta de que lo que estamos viendo en Cataluña no debe banalizarse y avisa que las aspiraciones independentistas en otros territorios de Europa podrían alimentarse de la dinámica que se está viviendo en España.
"Es jugar con fuego. No es la hoja de ruta de la izquierda, de las fuerzas progresistas. Abrir un frente de inestabilidad en la península ibérica es abrirlo en el conjunto de Europa, nadie va a salir ganando. Ni siquiera aquellos que tienen una posición crítica con la Unión Europea."
Fernández ironiza con el anuncio de MÉS per Mallorca. "Sí, vamos a hacer la República Balear, y la República Murciana, etcétera (…) Son chispas que pueden encenderse y que luego son muy difíciles de apagar".
De aquellos polvos vienen estos lodos
El profesor de la Complutense señala que, frente a la corrupción del Gobierno central que se utiliza como argumento por los soberanistas, la de los partidos nacionalistas catalanes no se queda atrás, y recuerda la trama del expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol, entonces de Convergència, acusado por blanqueo de capitales.
Denuncia que a ojos de los independentistas, aquellos que no comparten su causa son vistos como "fascistas y españolistas". "Los que hemos defendido la República y hemos luchado contra Franco somos tratados de forma injusta".
"Ese es el guion nacionalista: exacerbar las pasiones de tal forma que ese punto de vista intermedio no tenga ningún sentido (…) Todos tenemos un sentimiento espontáneo de participar, todos queremos democracia", dice, pero plantear 'el procés' en estos términos no beneficia a ninguna de las partes y lo deslegitima.
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"Creo que hay mucha gente que piensa que a nadie se le puede usurpar el derecho a decidir. La cuestión es sobre qué, y cómo decidimos y quiénes decidimos, porque es muy retórico lo de decidir. Para poder decidir hace falta una presencia ecuánime de todas las partes en los medios de comunicación", reivindica, y denuncia que en Cataluña todos los medios alaban la hoja de ruta del Gobierno catalán. "Si lo dices, te tratan de españolista o de franquista".
Por un trato más justo
David Abril, portavoz de MÉS per Mallorca, defiende en Sputnik el proceso soberanista mallorquín acusando al Gobierno central de un trato discriminatorio hacia las Islas Baleares.
MÉS es un partido surgido solo hace 3 años, de la unión de diferentes fuerzas nacionalistas de izquierdas y ecologistas de la izquierda alternativa y están gobernando en las principales instituciones de la comunidad autónoma. Su presencia es fuerte.
Una sanidad universal precaria, unos sueldos que no se corresponden con el nivel de vida de las islas y un estatuto autonómico que no está siendo respetado por el Estado central "poniendo como excusa los recortes y la crisis" son los principales argumentos de MÉS per Mallorca. El portavoz del partido reconoce que todavía no existe en las islas un movimiento independentista de calado y se remite al que está teniendo lugar en Cataluña, donde "es el pueblo el que lo está liderando y los políticos quienes lo están siguiendo" y no al revés.
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En este sentido, MÉS intentará "ligar y conectar los problemas cotidianos de la ciudadanía, presentes en la sanidad y en la educación y en la saturación turística" con la elevada intromisión del Estado en las instituciones mallorquinas.