En su opinión, lo que le quita el sueño a China es la posibilidad de que las vías marítimas que conectan al país asiático con el mundo puedan ser bloqueadas en algún momento por un conflicto militar.
La mayor parte de las exportaciones e importaciones chinas dependen precisamente de su acceso al mar. China importa la mitad de sus reservas de petróleo y el 80% de estas importaciones llegan por vías marítimas. De hecho, la Armada de EEUU patrulla por estas conexiones marítimas y los competidores de China —la India y Japón— hacen lo mismo cerca de las fronteras del gigante asiático.
Un conflicto militar no solo bloquearía el flujo de mercancías chinas sino que también podría amenazar el proyecto de la Nueva Ruta de la Seda ideado por Xi Jinping y que prevé la creación de una red global de transporte entre China y Europa.
China ve en la Nueva Ruta de la Seda una oportunidad para abrir una ruta occidental para sus importaciones de petróleo de Oriente Próximo y de Asia Central, además de brindar a Pekín la posibilidad de exportar sus mercancías hacia Eurasia.