Sputnik entró al backstage del espectáculo Amaluna en Montevideo para hablar con algunos de sus artistas, quienes explicaron qué significa trabajar en uno de los circos más reconocidos a nivel mundial.
Colchonetas a un lado, masajistas a otro, luces, trajes, artistas que entrenan mientras otros aconsejan cómo perfeccionar un movimiento, cocina e incluso varias lavadoras de gran tamaño, son algunos de los recursos que tienen los artistas que admiten que lo mejor es encontrar la emoción del público.
"Actuar todos los días a un determinado nivel e intentar dar el 100 por 100 de mi energía es complicado, es la parte más dura, pero lo mejor es cuando sientes la emoción del público, sientes que hay una respuesta", dijo a esta agencia el gimnasta ruso Evgueni Kurkin.
Kurkin, de 30 años de edad, reconoce que tiempo atrás nunca había contemplado la posibilidad de trabajar en un circo porque como gimnasta quería alcanzar un mayor nivel, pero después de ver varios vídeos del Cirque du Soleil, lo pensó mejor.
"Reconsideré mis metas y quería entrar; creo que tuve mucha suerte y ahora estoy muy feliz de estar aquí", señala Kurkin, cuya especialidad es el mástil chino, una barra vertical donde se hacen acrobacias.
El gimnasta, quien empezó a trabajar en el Cirque du Soleil hace siete años, asegura que no practica muchas horas, ya que su entrenamiento es el trabajo diario donde puede llegar a tener dos espectáculos por día.
Sin embargo, la ucraniana Anna Stankus explica que gran parte del día se dedica a entrenar.
"Entreno todos los días, no sabría decir cuántas horas, pero estoy aquí desde las 12 del mediodía hasta que termina el show (sobre las 23:00 horas), así que básicamente todo el día", dijo a esta agencia.
Pese a la intensidad de las jornadas, esta especialista en aro asegura que el Cirque du Soleil es uno de los lugares más interesantes para trabajar para cualquier artista.
"Todo el mundo es muy agradable y positivo y tenemos muy buena relación entre nosotros, no importa de qué país seas, todos intentamos ayudarnos ya que este circo es como nuestra familia, es mi segunda casa", explica Stankus.
La parte más dura, admite, es que en el escenario "siempre hay que sonreír" pese a que tengas un mal día.
Kurkin y Stankus son tan solo una pequeña parte del numeroso equipo que forma parte del Cirque du Soleil que en un plantel de 120 personas hay 46 artistas.
Solo para montar las carpas y luego desmontarlas se necesitan 8 días y más de 65 camiones para transportar unas 2.000 toneladas de equipamiento que utiliza el espectáculo de Amaluna.
Con un elenco formado principalmente por mujeres, Amaluna narra la historia de amor entre dos jóvenes: Miranda y Romeo, quien llega arrastrado por una tormenta a una misteriosa isla que gobierna la reina Próspera.
Su romance se complica entre números de equilibrio, acrobacia, barras asimétricas, payasos e incluso una piscina de cristal donde se sumergen los protagonistas, acompañado siempre de música en directo.
El show comenzó en Montevideo el 30 de agosto y termina este domingo.