Las proporciones del hambre se venían reduciendo a lo largo de los diez años anteriores, su aumento actual se debe a conflictos militares y cambio climático, dice este documento.
This #foodsecurity report shows we've hit a wall… and it's because of conflict. We'll never hit #ZeroHunger if conflict continues. pic.twitter.com/pegNRKHMqx
— David Beasley (@WFPChief) 15 сентября 2017 г.
De comparar la situación actual con la del año 2010, se ve que se ralentizó notablemente el ritmo de disminución del nivel de desnutrición, señalan sus autores recordando que en Sudán del Sur se proclamó oficialmente una hambruna, en los países como Yemen, Nigeria y Somalia la falta de la seguridad alimentaria alcanzó un nivel crítico y amenaza con transformarse en hambruna.
The new hunger numbers are now out in the 1st #UN global assessment on #hunger & #malnutrition. #ZeroHunger https://t.co/GKqgo9sTcC pic.twitter.com/WvbkuB8NjI
— World Food Programme (@WFP) 15 сентября 2017 г.
Desde 2005 se redujo a nivel global del 29,5 al 22,9% el número de los niños con retraso en el crecimiento, pero en África, Asia del Sur y Oceanía (excepto Australia y Nueva Zelandia) este retraso se registra en un 30% de los menores de 5 años.
Adquieren proporciones preocupantes la anemia en mujeres de edad fértil (casi el 30%) y la obesidad en las personas adultas de ambos sexos, incluidos los países con ingresos bajos y medios, lo que se debe no tanto a conflictos militares y factores climáticos cuanto a los cambios en el régimen de nutrición y a la vida sedentaria.
Más de 600 millones de personas, o un 13% de la población adulta del planeta, padecía obesidad en 2014, pero las cifras se diferencian mucho según regiones, el problema es especialmente grave en América del Norte, Europa y Oceanía, donde se registra el 28% de los obesos, mientras en Asia son el 7% y en África el 11%.
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En particular, seis años de guerra hicieron un colosal daño al sector agrario de Siria, que se estima en 16.000 millones de dólares, casi la mitad de la población del país no logra satisfacer sus necesidades de nutrición.
Los autores del documento llegaron a la conclusión de que los conflictos son la causa principal de las crisis alimentarias, últimamente provocaron hambrunas y desnutrición, que son de especial gravedad allí donde adquieren un carácter duradero.
"No será fácil edificar hacia 2030 un mundo que ignore el hambre y la alimentación deficiente", advierten los autores del documento.