Schäfer dijo que el proyecto Nord Stream 2 podría verse afectado por las nuevas sanciones impuestas por la última ley promulgada por Donald Trump. "Definitivamente es una espada de Damocles, por lo que vamos a exigir una aclaración" añadió. "Necesitamos ver qué instrucciones específicas serán impuestas" señaló Schäfer. Según él, las sanciones de Estados Unidos podrían referirse a cuestiones generales en términos de financiación, inversión y colaboración.
"Es importante que la UE y los políticos alemanes dejen claro que no podemos continuar así, ya que las acciones no coordinadas de EEUU y Europa no son razonables", añadió Schäfer. Resaltando que "los aspectos económicos y energéticos hablan a favor del proyecto Nord Stream 2". "Europa tiene que importar más gas pues sus propios recursos se están agotando", dijo.
"Estados Unidos está centrado en sus propios intereses en el mercado energético", dijo. "Los estadounidenses quieren sacar el gas ruso del mercado europeo para poder crear las condiciones necesarias para sus exportaciones", agregó Schäfer, señalando que "la ley lo señala claramente, lo que hace que sea una muestra de una política industrial intransigente".
El pasado 2 de agosto, el presidente de EEUU, Donald Trump, firmó un proyecto de ley aprobado por el Congreso que impone nuevas sanciones unilaterales en Rusia, Irán y Corea del Norte.
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Después de todo, recordó el experto, "Europa ha invertido más de 1.000 millones de euros en la construcción del gasoducto Nord Stream 2, y el volumen total de inversiones de grandes compañías de petróleo y gas como Shell, OMV, Engie, Uniper y Wintershall ha ascendido a la cifra de 4.750 millones de euros, con un 6% de intereses en forma de préstamos anuales".
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En cuanto a los objetivos reales de Estados Unidos, las sanciones están destinadas a ejercer una presión favorable sobre el gas natural licuado de Estados Unidos, con el claro objetivo de allanar el mercado de la UE.
"En otras palabras, Estados Unidos es incapaz de satisfacer la demanda del mercado europeo incluso modificando la legislación, imponiendo sanciones y ajustando sus precios. Pero esto supondría grandes pérdidas para las compañías estadounidenses de petróleo y gas, y no creo que ninguna de ellas esté dispuesta a asumir ese riesgo", declara el experto.
"Nuestra respuesta al gas natural licuado y a las sanciones estadounidenses está ya decidida, tiene por título Nord Stream 2 y Europa la apoya", concluye el analista.