Los militares y agentes de seguridad de Birmania están llevando a cabo una operación en Rakaín contra un grupo radical rohinyá que el 25 de agosto pasado atacó varios puestos policiales y cuarteles del Ejército en este estado, los enfrentamientos causaron la muerte a más de 400 personas, de 146.000 a 300.000 personas huyeron a Bangladés.
"La gente huye a Bangladés buscando refugio, después de haber perdido todo lo que tenía, hacemos lo máximo para ayudar a estas personas y al mismo tiempo estamos presionando sobre el Gobierno de Birmania para que retire a sus ciudadanos de nuestro país", declaró la primera ministra en una reunión del partido gobernante Liga Awami.
"Birmania debe repatriar a cuantos rohinyás llegaron a nuestro país buscando refugio y garantizarles la seguridad y los medios de subsistencia", declaró Hasina.
Los rohinyás se establecieron en Arakán (antiguo nombre de Rakáin) a finales del siglo XIX y a principios del XX, durante la época colonial cuando los británicos alentaron su traslado desde Bengala Occidental a un territorio con escasa mano de obra agrícola.
Birmania, una nación mayoritariamente budista, deniega ciudadanía y derechos civiles a esta comunidad musulmana de unos 1,1 millones de personas, alegando que son inmigrantes bengalíes.