"¿Podemos esperar arrebatar Crimea a Rusia por la fuerza? Para ser realistas, no. ¿Se irá Rusia de allí por voluntad propia? Desgraciadamente no. Sin embargo, podemos crear con ustedes condiciones para que Crimea se convierta en una carga insoportable para Rusia… Debemos crear todas las condiciones posibles para que [Rusia] 'se queme'", dijo el mandatario ucraniano durante su discurso anual, dirigido a la Rada Suprema —Parlamento ucraniano—.
Según sus propias palabras, Kiev utilizará todas las herramientas a disposición del derecho internacional, tales como sanciones, arbitrajes, plataformas internacionales y mecanismos de monitoreo.
En repetidas ocasiones, Kiev ha declarado que la península de Crimea debería volver a formar parte de Ucrania. Así, durante la celebración del Día de la Independencia del país, Poroshenko destacó que sigue siendo partidario de la devolución diplomática de Donbás y de Crimea.
En junio del 2017, el mandatario afirmó: "Las banderas ucranianas ondearán con orgullo sobre una Crimea libre".
Crimea pasó a formar parte de Rusia en marzo de 2014 tras la celebración de un referendo en el que el 96,77% de sus habitantes apoyó la reunificación.