"Mientras los refugiados siguen huyendo de la violencia cruzando las fronteras internacionales, resulta obvio que la situación en el estado de Rakáin afecta a toda la región, y los países vecinos de Birmania deben garantizar los derechos de los refugiados y facilitarles todo lo necesario", dijo a esta agencia el director de la oficina del NRC en Birmania, Prasant Naik.
Mientras, los refugiados que consiguieron llegar a Bangladés están en condiciones inadecuadas.
En unas declaraciones a Sputnik la portavoz de Acnur, Vivian Tan, expresó la esperanza de que "los grupos regionales como Asean (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) ayuden a eliminar la fuente de la crisis".
"Confiamos en que la comunidad internacional facilite la ayuda necesaria a los que llegaron a Bangladés", dijo.
La cifra incluye a unos 370 insurgentes, 13 agentes de seguridad, dos funcionarios y 14 civiles, según medios internacionales.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y Acnur estiman que unos 123.000 musulmanes rohinyás escaparon de la violencia en Birmania a Bangladés desde el 25 de agosto.
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Birmania, una nación mayoritariamente budista, deniega ciudadanía y derechos civiles a esta comunidad musulmana de unos 1,1 millones de personas, alegando que son inmigrantes bengalíes.