"La zona de distensión número cuatro es desesperadamente necesaria para 1,5 millones de civiles", dijo al subrayar que esta zona "se está creando para los civiles y su seguridad y no para proteger a militares".
A principios de mayo, Rusia, Turquía e Irán, como países garantes de las consultas de Astaná firmaron un acuerdo a fin de establecer en Siria cuatro zonas de distensión para cesar los enfrentamientos armados entre las fuerzas gubernamentales y las de la oposición, afianzar el armisticio vigente desde el 30 de diciembre y separar a los rebeldes de los grupos terroristas.
La primera en funcionar fue la zona de distensión en las provincias de Al Quneitra, Suwaida y Deraa, en el suroeste de Siria, que se activó el pasado 9 de julio en virtud de un acuerdo conseguido por EEUU, Rusia y Jordania.
Estos tres países organizaron un centro conjunto para vigilar la tregua en esta área, que empezó a operar el pasado 23 de agosto en la capital jordana, Amán.
Previamente el Ministerio de Exteriores de Kazajistán anunció que la sexta ronda de consultas internacionales sobre Siria en Astaná podría derivar en la delimitación de las zonas de distensión en Guta Oriental, Homs e Idlib.
Según reconoció a principios de agosto el titular ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, acordar la zona de distensión en la provincia de Idlib, controlada mayoritariamente por los grupos opositores, "será más complicado" que las otras tres.