Al sur, esa Rusia se topa con Polonia y al oeste y al norte solo con Lituania. Y es que, para esos pocos ciudadanos del país eslavo, Rusia es la región de Kaliningrado. Eso sí, esos pocos habitantes recibirán con los brazos abiertos a miles y miles de personas de todas las partes del mundo, atraídas por sus equipos nacionales de fútbol.
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Sputnik viajó al único enclave del coloso eurasiático para descubrir una de las sedes de la Copa Mundial de la FIFA 2018: ¿qué se está cociendo en la Rusia más occidental del mundo un año antes del evento deportivo por antonomasia? ¿Cómo llevan los rusos más europeos vivir en Occidente y qué curiosidades entraña la joya rusa del Báltico?
La cuenta atrás ha comenzado
La ciudad de Kaliningrado tendrá el honor y la responsabilidad de albergar cuatro partidos de la Copa Mundial de la FIFA 2018. Sputnik habló con Olga Soloviova, que vive en Kaliningrado desde que nació y trabaja para la agencia de viajes estatal Rosturism. Una agencia que, asegura, tendrá mucho trabajo en 2018.
"El Gobierno ruso se está esforzando por convertir la ciudad y, en general, toda la región de Kaliningrado en un centro turístico de gran calado, fuerte y moderno. Y lo está consiguiendo", expresó Soloviova.
Y es que la ciudad comenzó a prepararse para el evento que se avecina ya en 2016 y 2017, cuando se comenzaron a construir largos paseos a orillas del río Pregolia y de sus afluentes, que atraviesan la urbe, para dar la bienvenida a los miles de hinchas que pasearán por ellos.
La región de Kaliningrado está poniendo toda la carne en el asador. No solo las carreteras están siendo reasfaltadas y se están construyendo largos y agradables paseos a la orilla del río y de sus afluentes. También se están mejorando las vías de acceso entre las sinuosas calles de su casco antiguo. Además, a los restaurantes con manjares típicos de la región se añaden nuevos platos de alta cocina. Kaliningrado sabe —y los que tengan la suerte de visitar el lugar también deberían saberlo— que al norte cuenta con la envidia de 'la Rusia grande': sus playas y las aguas del Báltico que las bañan.
"La línea de playa de Kaliningrado es un tanto peculiar. Es estrecha, pero es muy alargada. De cara a la Copa Mundial de Fútbol, se están levantando de la nada nuevas playas. La cantidad de recursos que se está invirtiendo en ellas es espectacular", explica Olga Soloviova a Sputnik en una colina desde la que se divisan las obras.
Más de 80 hoteles en la capital darán la bienvenida a los miles de seguidores, a decenas de futbolistas y a cientos de periodistas y canales de televisión.
"Por ejemplo, durante el Mundial, nuestro hotel solo podrá albergar a futbolistas, representantes deportivos y periodistas… pero no a turistas. Será el único hotel de la localidad que haga eso".
De esta forma, los demás hoteles quedarán disponibles para el resto de visitantes y siempre bajo la supervisión de la FIFA.
"Todas las reservas de hotel que se hagan con motivo de la Copa Mundial de Fútbol se harán a través de la FIFA".
Los hoteles están construyendo frondosas terrazas a pie de calle, en el exterior, para albergar a quienes estén en la ciudad durante el evento.
Un oasis ruso en el centro de Europa
Alexandr no se puede contener y se apresura a remarcar lo orgulloso que se siente no solo de Kaliningrado y de que vaya a albergar un acontecimiento de la envergadura de la Copa Mundial de Fútbol, sino del resto de su país, aunque reconoce que gran parte de la belleza de su patria ni siquiera los rusos la han descubierto todavía.
"Los rusos nos vamos de viaje a Turquía, a España, a Italia, mientras que en el lago Baikal te encuentras a más extranjeros que rusos (…) Tenemos un país precioso, vasto, autosuficiente y rico. Quien haya tenido la suerte de ir a Kamchatka, sabe de lo que hablo", asegura, y agrega: "Los que vivimos en Kaliningrado vivimos en una 'pequeña Rusia'".
Región del ámbar
Una pequeña Rusia que alberga nada más y nada menos que el 90% de las reservas mundiales de ámbar. Esta piedra semipreciosa, producto de la resina fósil de las coníferas, tiene en Kaliningrado su santuario. Se considera que la calidad del ámbar que se extrae en Kaliningrado es superior al que se obtiene en otras partes del mundo, entre otras cosas, gracias a su antigüedad: 50 millones de años.
"Los científicos dicen que el ámbar solo existe en Kaliningrado y que el resto que se extrae en otros sitios son solo sucedáneos", dice Olga.
Además del simple amarillo, el ámbar de Kaliningrado puede tener más de 200 colores. El más caro es el blanco, que puede oscilar entre los 120 y los 1.000 dólares o incluso más, dependiendo de su tamaño, expresa Soloviova. Los precios normales están, no obstante, al alcance de todos. Es fácil comprar 'souvenirs' y bisutería por 10 dólares o menos.
Cuidado con extraer ámbar por su cuenta
El ámbar es el orgullo de Kaliningrado y cuidan de él como tal. "Si encuentras ámbar por la playa, no hay ningún problema, puedes quedártelo", dice Soloviova. "Pero si decides comenzar a buscar ámbar por tu cuenta y con maquinaria más pesada de manera más profesional, puedes acabar ante las autoridades y con una importante multa", alerta.
Y es que la fábrica de ámbar de Kaliningrado se reserva el derecho a extraer esta resina fósil, cuya planta de extracción y procesamiento —la única del mundo— se encuentra a 30 kilómetros de la capital, en la localidad de Yantarni ('de ámbar', en ruso).
Una urbe que lo tiene todo
Sputnik tuvo la suerte de poder conversar con Irina Vasílieva, una de las guías turísticas que llevarán en barco por el río Pregolia a quienes visiten Kaliningrado. Vasílieva, como tantos otros, espera que la localidad y toda la región de Kaliningrado demuestren cómo se han preparado durante todo este tiempo.
Rusia es famosa por sus crudos inviernos bajo cero y por los veranos apacibles, pero no muy cálidos. Pero esa es la Rusia grande. La pequeña es diferente y eso Irina Vasílieva lo sabe bien. Cuando Sputnik le pregunta si a los turistas de América Latina les gustará el clima de Kaliningrado, la mujer casi se ofende.
"¡Pues claro! Los veranos aquí son cálidos. La temperatura suele oscilar entre los 25ºC y los 30ºC".
La ciudad también aprovecha todos sus afluentes y son muchas las embarcaciones que tanto de noche como de día transportan a turistas por las calmadas aguas. Se trata, por así decirlo, de una especie de Venecia rusa.
Los inviernos en Kaliningrado no son rusos. La temperatura mínima pocas veces cae bajo cero y suele oscilar entre los 3ºC y 4ºC, subraya Vasílieva. Algo que convierte el puerto de la región en el único puerto ruso en el Báltico que no se congela en invierno.
"Imagínate la importancia estratégica que tiene Kaliningrado para Rusia. Somos el territorio ruso más occidental, estamos en el centro de Europa y nuestro puerto nunca se congela, cuando en el resto del país todos están congelados".
Al estar rodeado por la Unión Europea, Sputnik quiso saber si las sanciones antirrusas se notan especialmente en la región. Dice Irina Vasílieva que al principio sí se notaban, pero que el país "se ha adaptado muy bien a ellas" y que han acabado por ser beneficiosas.
"Algunos sectores en Rusia que no se desarrollaban antes de las sanciones ahora se han puesto las pilas. (…) Por ejemplo, ahora los tomates, que antes venían de fuera y que no sabían a nada, saben realmente a tomate. Son los nuestros. Igual que los pepinos, por ejemplo (…), y eso pasa con muchos otros productos".
Y es que la sede más occidental de la Copa Mundial de la FIFA 2018 es autosuficiente y tiene todo lo que un pequeño país tendría que tener. Incluso petróleo. La región cuenta con sus propios yacimientos de crudo, aunque una vez extraído, se transporta hasta 'la Rusia grande', donde se procesa y solo después vuelve a Kaliningrado, lo que hace que el petróleo sea ligeramente más caro que en otras partes del país.
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"Quizás tendríamos que hacer con el petróleo lo mismo que con los productos europeos. Autoimponernos sanciones para así obligarnos a procesarlo en Kaliningrado. ¡Sería perfecto!", ironiza Vasílieva.