China y la India al final retiraron sus fuerzas de la meseta de Doklam (Donglang, para Pekín), que estuvo en el punto de mira del mundo a lo largo de los últimos dos meses. La razón detrás de las tensiones en esta zona fueron los intentos de Pekín de alargar la carretera que atraviesa esta área en el Himalaya en el punto donde limitan tres países: la India, China y Bután.
Para solucionar el conflicto, las partes tuvieron que hacer ciertas concesiones. El comunicado de la Cancillería india señala que Nueva Deli logró encontrar un punto en común con China.
Asimismo, el comunicado chino mencionó el contencioso territorial, pero no la construcción de la carretera. Pekín buscaba construir en el territorio que Bután —aliado de la India— considera como suyo.
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La meseta de Doklam es de alta importancia para Nueva Deli, ya que aquí está situado el corredor de Siliguri, que vincula la mayor parte de la India con el resto de sus territorios en la parte noreste del país, rodeados por Bangladesh y Bután.
¿Quién ganó la batalla?
Primero, la India tomó una postura dura y firme, enviando a sus tropas a Doklam, cuya superficie es de 85 km2. No obstante, pronto los indios se dieron cuenta de que sobreestimaron su potencial y entendieron que sería difícil enfrentarse a China, cuyo PIB supera al de la India cinco veces. Pero las razones no son solo económicas, sino también militares.
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Pese a sus ventajas, Pekín también tenía razones para acabar con el conflicto cuanto antes. A China no le conviene, desde el punto de vista económico, tener un problema con su vecino, por lo cual Pekín no quiso condenarse a décadas de una 'Guerra Fría' con Nueva Deli.