El contencioso fronterizo entre la India y China dura desde hace muchas décadas, pero en los últimos meses este se ha agravado aún más.
Las tensiones actuales han empezado hace más de un mes después de que las tropas chinas empezaran a construir un camino en la meseta cuya pertenencia es el objeto del litigio entre China y Bután. A pesar de que la meseta de Doklam no forma parte del territorio indio, Nueva Delhi se muestra muy preocupada por las actividades chinas en esta zona a causa de su importancia estratégica.
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Varios políticos indios opinan que la construcción de caminos en Doklam puede ser el punto de partida para un ataque chino contra el Corredor de Siliguri, una pequeña extensión de tierra que vincula los estados de la parte noreste de la India y el resto del país.
La tirantez actual puede acabar con un enfrentamiento armado entre las dos partes, subraya la nota. Y es posible que tal guerra culmine con un apocalipsis nuclear. En particular, los misiles atómicos indios pueden alcanzar el territorio chino de manera fácil.
Mientras unos analistas señalan que es mucho más probable que haya un conflicto parecido al que tuvo lugar entre los dos países en el año 1962, otros dicen que este puede resultar en una guerra a gran escala en un santiamén.
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Además, es el primer ministro de la India, Narendra Modi, el que es imprevisible, indica el artículo. La India en la actualidad cuenta con un montón de problemas internos, por lo cual, puede que el jefe de Gobierno use el posible conflicto para distraer la atención.
Parece que la jefatura en Nueva Delhi ignora el hecho de que tal guerra pueda causar un daño enorme a la India y está obsesionada con victorias propagandísticas y no con el progreso económico y diplomático, destaca Vesti Finance.