"Una atención especial se presta a la falta de transparencia en las acciones de los militares estadounidenses que provoca una preocupación razonable de Rusia y de otros socios regionales", dice un comunicado de al Cancillería publicado en su página web.
Entre los defectos obvios de la estrategia estadounidense se destaca la falta del enfoque integral a la propagación de la influencia de Daesh (autodenominado Estado Islámico, proscrito como organización terrorista en Rusia y otros países) en Afganistán.
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Además, señala el texto, la estrategia no tiene por objetivo luchar contra el tráfico de drogas en el país.
Según el Ministerio de Exteriores de Rusia, este mismo 29 de agosto se celebró en Moscú un encuentro entre el vicecanciller ruso Ígor Morgúlov y el embajador estadounidense, John Tefft.
Por su parte, Rusia expuso "una serie de dudas que quedan por aclarar tanto sobre los parámetros como las modalidades de la presencia militar de EEUU en la República Islámica de Afganistán" porque, según el comunicado, la nueva estrategia busca una solución militar del problema afgano.
La Cancillería rusa agregó que los diplomáticos de los dos países examinaron las oportunidades para la cooperación sobre la situación en Afganistán en el formato bi- y multilateral.
Trump declaró el 21 de agosto que extiende los poderes de sus tropas en Afganistán, subrayando que EEUU no prevé notificar la cantidad de sus militares que participan en misiones contra el terrorismo ni sus planes militares en general.
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También descartó una retirada rápida de las tropas estadounidenses del país, al advertir que crearía un vacío que aprovecharían los terroristas.
EEUU y sus aliados invadieron Afganistán en 2001, luego de los ataques terroristas del 11 de septiembre de ese año en Nueva York y Washington.
La misión en Afganistán concluyó en 2014, mientras que el 1 de enero de 2015 la OTAN anunció una nueva operación en el país, bautizada Apoyo Decidido, para entrenar y asistir a las fuerzas de seguridad afganas.
