La cuestión de las armas nucleares tácticas se está discutiendo en EEUU en el marco de la revisión del potencial nuclear del país.
El estudio, impulsado por el presidente Donald Trump, busca determinar si las fuerzas nucleares norteamericanas corresponden a las amenazas vigentes y los desafíos de Rusia, China, Irán y Corea del Norte, escribe Iliá Plejánov, periodista y escritor especializado en temas militares.
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La idea detrás de las versiones tácticas es que "una guerra nuclear limitada" en terceros países no conlleve un conflicto a escala planetaria entre los grandes poseedores de los arsenales estratégicos, explica el autor.
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Los militares estadounidenses usan el término de "municiones nucleares tácticas de uso limitado adaptado", y enumeran entre sus usos hipotéticos los ataques contra las FFAA de los "regímenes pequeños" o como respuesta a un ataque atómico de baja potencia, añade.
La caja de Pandora
Las mayores críticas de este enfoque subrayan que las armas nucleares 'débiles' no contribuirán a la contención sino, al contrario, elevarán el peligro de autorizar un ataque nuclear.
"Los que tomen la decisión pensarán que una explosión de 10 o 20 kilotones no es un ataque de destrucción masiva sino un uso 'aislado' del arma contra objetivos militares", advierte Plejánov.
Las bombas pequeñas podrían repetir el camino de los drones: los primeros usos serán muy cautelosos, pero con más despliegues crecerá la conciencia, y el arma se usará en masa.
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"Tras la primera detonación nuclear contra algunos terroristas en un país del tercer mundo los medios y los defensores de los derechos humanos se volverán locos mientras otros países seguramente condenarán el acto. Con la segunda, la reacción ya será más tranquila. Luego aumentará la potencia de las bombas", profesa el periodista.
La omnipresente 'huella rusa'
En 2000, la Doctrina estableció la posibilidad de usar armas nucleares "en respuesta a una agresión masiva con el uso de las armas convencionales en una situación crítica para el Estado", recuerda el autor.
El 2014, lo de "situación crítica" se convirtió en "una amenaza directa a la mera existencia del país".
"Mientras en EEUU no buscan entender qué es exactamente 'agresión' y 'amenaza directa para la existencia del país', sus propias explicaciones tratan temas muy vagos, como 'contención nuclear ampliada', 'intereses' y 'amenaza para la seguridad nacional'", apunta Plejánov.
Actualmente, Italia, Alemania, Bélgica, los Países Bajos y Turquía albergan unas 150 bombas atómicas tácticas B61. Hoy en día se puede oír sobre planes similares respecto a Polonia.
"Contra quién serían apuntados estos proyectiles es una cuestión retórica", concluye el autor.
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