Un extraño respeto hacia Washington
Parece ser que la escalada de tensión entre Corea del Norte y Estados Unidos ha comenzado a descender: las maniobras militares entre estadounidenses y surcoreanos ya hace una semana que se están practicando e incluso ante ese panorama el fantasma de una guerra en Guam parece estar más lejos que a mediados de año. Así que el presidente estadounidense, Donald Trump, cree que las tiene todas de su parte.
"Algunos han dicho que [mi retórica hacia Corea del Norte] ha sido demasiado agresiva (…) Pero Kim Jong-un creo que ha empezado a respetarnos", dijo Trump en Arizona en una intervención al estilo de una campaña electoral.
Nada más lejos de la realidad. ¿Se supone que es respetar a Washington lanzar otros tres misiles de corto alcance a las siete de la mañana hora local el 26 de agosto hacia el mar de Japón y que dos de ellos recorran 250 kilómetros?, se pregunta el presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara Alta rusa, Konstantín Kosachov.
El arte de no cruzar la línea roja (pero de sí llegar hasta ella)
Algunos expertos opinan que Corea del Norte tiene la situación bajo control, revela Mirzayán, que destaca la opinión del sinólogo Aleksandr Gabúyev.
"Pyongyang conoce no poco el mundo occidental. Sabe muy bien dónde está la línea roja, y así utiliza la retórica militar: para llegar hasta esa línea, estar allí un tiempo y luego dar media vuelta sin haberla cruzado. Esta estrategia puede servir tanto a su política interior —para reforzar el régimen y demostrar lo mucho que valen— como para dejar claro que con Corea del Norte hay que relacionarse con mucho cuidado y con el máximo respeto".
"Los estadounidenses temblarán noche y día"
Desde que Corea del Norte consiguió lanzar un misil capaz de alcanzar territorio estadounidense, por una parte la retórica de Corea del Norte se ha endurecido, advierte Mirzayán, y cita palabras del Gobierno norcoreano.
"Los norteamericanos tienen que vivir continuamente guardándose las espaldas y temiendo por sí mismos. El misil Hwasong-12 los atormentará noche y día (…) Los estadounidenses temblarán".
Por otra parte, los americanos se han dado cuenta de que no pueden "simplemente seguir viviendo sabiendo que [Corea del Norte] les está apuntando con sus misiles", dice Christopher Hill, el que fue uno de los principales negociadores estadounidenses con Corea del Norte durante la era de Bush hijo.
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Ha llegado la hora de que Estados Unidos cambie su retórica.
Poco ruido y muchas nueces
Ante esta situación —a la que Estados Unidos no está acostumbrado dada su historia reciente—, el país norteamericano no tendrá suficiente con continuar imponiendo sanciones contra Corea del Norte, advierte Mirzayán.
Precisamente por este motivo a Trump le están invitando a adoptar otra estrategia.
"Iniciar un diálogo directo con Corea del Norte sin condiciones previas. Primero formando grupos de trabajo. El diálogo únicamente sobre misiles y armas nucleares ya no tiene ningún sentido", propone Mirzayán.
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¿Pero están preparados Trump y (más importante todavía) el Congreso para iniciar un diálogo con un país en el que 'no se puede confiar' y que 'está liderado por un psicópata'? "Es una pregunta retórica", concluye el autor.