La nueva estrategia descarta una retirada inmediata de las tropas estadounidenses de Afganistán y supone un refuerzo de la presencia militar de EEUU y la OTAN para la lucha contra el terrorismo y el crimen organizando, en un importante cambio de política para Trump, quien como candidato había insistido en abandonar el país asiático.
"Creo que (…) habrá un aumento gradual del contingente (de EEUU), pero tal vez no para luchar contra distintos grupos terroristas, sino justamente para reforzar su influencia en Afganistán, pues ese país vecino de China es muy importante desde el punto de vista geopolítico", consideró Blojín.
Recordó que el Gobierno de EEUU y el propio Trump opinan que China supone para los intereses nacionales de EEUU una amenaza mucho mayor que Rusia.
En cuanto a los auténticos objetivos de los militares estadounidenses en Afganistán, dijo que "apenas podrán hacer algo allí e incluso apenas tienen planeado hacer cualquier cosa".
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"En mi opinión, (Afganistán) será simplemente una plaza de armas para proyectar la fuerza (de EEUU) en el marco de esa política antichina; dudo que haya allí una auténtica lucha contra Daesh", el autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros país, manifestó Blojín.
La misión en Afganistán concluyó en 2014, mientras que el 1 de enero de 2015, la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) anunció su nueva operación en el país, bautizada Apoyo Decidido, para entrenar y asistir a las fuerzas de seguridad afganas.
Más de 9.000 efectivos militares estadounidenses permanecen en Afganistán, a los que se suman unos 5.000 soldados de la OTAN.