La mayor parte de quienes se verán afectados por la medida son árabes israelíes, aunque también hay dos israelíes judíos que emigraron desde la antigua Unión Soviética y se convirtieron al islam antes de combatir como yihadistas en Siria.
La medida sigue a una recomendación de los servicios secretos del Shin Bet de quitar la nacionalidad a 20 israelíes, uno de los cuales falleció recientemente combatiendo con el Estado Islámico.
La recomendación del Shin Bet se produce poco después de que entrara en vigor una ley iniciada por el titular de Interior, el ministro ultraortodoxo Arye Deri, que le autoriza a quitar la nacionalidad a ciudadanos israelíes que se hayan enrolado en organizaciones terroristas extranjeras.
La iniciativa del Shin Bet se centra en yihadistas del Estado Islámico, aunque los servicios secretos israelíes tienen información de otras decenas de israelíes que combatieron en otras organizaciones yihadistas extranjeras, como es el caso de Al Qaeda.
El Estado Islámico es una organización que fue declarada ilegal por Israel en 2014.
El Estado Islámico llevó a cabo numerosos ataques en Occidente pero nunca ha atacado Israel, al igual que ocurre con Al Qaeda.