En su primera entrevista desde la elección de su marido, Brigitte contó su historia de amor con el mandatario galo, de 39 años, en la que comentó: "La única culpa de Emmanuel es ser más joven que yo".
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La investidura de Macron en mayo de 2017 no contribuyó mucho para apaciguar la polémica que rodeaba a la pareja.
Brigitte confesó seguir incómoda al ser llamada primera dama.
"No me siento como una primera dama. Es la traducción de una expresión estadounidense y no me gusta nada. Al oír este término, siempre siento ganas de mirar atrás y me pregunto: ¿De quién estamos hablando?", comentó.
También agregó que asumirá el papel público que le corresponde, pero "los franceses conocerán los recursos" a su disposición.
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Por el momento, en Francia no existe una posición bien definida para la primera dama, aunque las esposas de numerosos exlíderes desempeñaron un papel público importante.
Además, la popularidad del líder galo bajó con más rapidez que la de cualquier otro mandatario justo después de las elecciones generales.
De esta manera, el presidente se vio obligado a renunciar a su idea, y se espera que los detalles finales sobre el papel de su esposa se publiquen en un futuro próximo.
"Mi papel será determinado no por una ley sino por un documento transparente que explicará que no tendré salario y cuáles serán mis recursos y objetivos", comentó Brigitte.
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No obstante, confesó haber intentado resistir a su creciente afecto por el joven Macron e incluso le dijo que se marchara a París para terminar los estudios.
También compartió que su historia evolucionó lentamente y ahora los 20 años entre ellos "no son nada".
"Por supuesto, desayunamos cada mañana, yo con mis arrugas y él con su frescura, pero así es", concluyó Brigitte.