En su nuevo artículo el autor apunta que el Ejército sirio, al recurrir al apoyo aéreo de Rusia, corta las últimas líneas de retirada a los extremistas de Daesh —organización terrorista proscrita en Rusia y otros países—.
"La liberación de Akerbat permitirá alinear el frente en la provincia y crear el trampolín para una ofensiva a gran escala hacia el este, hacia los campos de petróleo, que permanecen bajo el control de Daesh, y hacia Deir Ezzor", indica Kots.
Una vieja astilla
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Además, los campos de gas natural se sitúan a una corta distancia de Akerbat, y los extremistas llevan meses tratando de asumir el control sobre ellos y realizando ataques contra las fuerzas gubernamentales que protegen los yacimientos.
"Esta urbe está clavada como una astilla en los territorios controlados por el Ejército sirio. De hecho, la pequeña ciudad es el último baluarte de los terroristas en la provincia de Hama", explica el autor.
Al liberar Akerbat, las fuerzas de Asad podrán crear un frente a través de la línea Itria-Ash Shaír para realizar una ofensiva contra los campos de petróleo y de gas controlados por Daesh en las provincias de Hama y Homs. Su captura por las fuerzas gubernamentales creará varias dificultades financieras a los terroristas, poniendo fin al comercio ilegal de oro negro, que es una de las principales fuentes de ingresos de Daesh.
Apoyo desde el aire
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Según el Ministerio de Defensa de Rusia, con el fin de evitar el escape de los extremistas de Daesh desde el cerco a Deir Ezzor, la aviación rusa lleva a cabo de forma ininterrumpida misiones de reconocimiento con el uso de drones, detectando y destruyendo los vehículos blindados, camionetas con armas pesadas y otros tipos de transporte de terroristas.
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Los pilotos rusos han realizado 290 vuelos de combate, mientras los drones han emprendido más de 120, descubriendo más de 160 instalaciones terroristas.
Objetivo principal
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Kots sostiene que el control sobre esta ruta permite un traslado rápido de tropas, equipos, municiones y alimentos a Deir Ezzor. De acuerdo con numerosos analistas, este es el último bastión de Daesh en el país.
"La distancia entre Al Sujná y Deir Ezzor es de unos 130 kilómetros. Es poco probable que el avance del Ejército sirio hacia uno de los últimos bastiones terroristas sea un paseo fácil", profundiza el autor.
No obstante, a los yihadistas les costará mucho trasladar de manera encubierta a sus fuerzas a través del desierto a largas distancias debido a que sin refugios en las zonas pobladas se harán aún más vulnerables para los ataques aéreos, comenta.
Asimismo, una vez liberada la ciudad de Akerbat, Damasco podrá delegar suficientes fuerzas para lanzar una ofensiva directa hacia Deir Ezzor.
"De esta manera, en poco tiempo, las tropas del Gobierno tomarán Deir Ezzor en sus fauces, al atacarla desde tres direcciones", detalla Kots.
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Las tropas gubernamentales, profundiza el autor, repelieron la última gran ofensiva de los yihadistas a principios de agosto. Los militares sirios lograron liquidar —con la ayuda de la aviación— a todos los terroristas que participaron en la incursión sobre las posiciones de las tropas, concluye Kots.