Se trata de una nueva modalidad de combatientes que intenta reunir a la mayor cantidad de civiles en grupo para maximizar las cantidades de bajas producidas, afirmó Locatelli. "No son lobos solitarios, son como los kamikaze japoneses que intentan producir el mayor daño posible matando gente en grupo, con la diferencia de que estos yihadistas quieren evitar su propia muerte. Son combatientes francoparlantes, con formación en Libia, que llevaron su terror a Europa", explicó el militar retirado.
"La seguridad en transportes como aviones se hizo demasiado rigurosa, es por eso que ahora [los terroristas] buscan esta metodología con vehículos particulares para producir atentados donde hay grandes concentraciones de gente", señaló el especialista en Medio Oriente.
El primer atentado ocurrió en 2016, cuando 85 personas murieron al ser atropelladas por un camión en el paseo de los Ingleses de Niza durante los festejos del 14 de julio, el día de la fiesta nacional francesa.
El 7 de abril el terror llegó a la capital de Suecia. Ese día en Estocolmo un camión atropelló a una multitud y murieron cuatro personas. La noche del 3 de junio, el episodio se repitió en Inglaterra: una furgoneta arrasó a un grupo de peatones junto al Puente de Londres. Los terroristas se cobraron ocho vidas aquel día. A su vez, el reciente ataque del 17 de agosto en Cataluña dejó al menos 15 muertos.
Locatelli señala que este grupo terrorista tenía previsto atentados más mortíferos, en el Camp Nou, o en la Iglesia de la Sagrada Familia, pero estalló la casa con los explosivos y por eso realizaron este atentado. La explosión se registró en una casa de la localidad de Alcanar, provincia de Tarragona, un día antes, el 16 de agosto.
"Con la caída de Mosul [Irak] y la inminente caída de Raqqa [Siria], están tratando de demostrar que siguen vigentes más allá de la pérdida de territorio. Ellos tratan de hacer atentados en los países que los están combatiendo. Tratan de ubicar la mayor concentración de ciudadanos de esos países para retrucar la muerte que ellos están produciendo en sus filas".
A la incógnita de cómo proteger a la sociedad civil de estos ataques Locatelli aseguró que es una tarea "muy difícil" puesto que se trata de un "nuevo tipo de conflicto". "Estamos frente a lo que se conoce como guerra asimétrica, cuando un bando débil utiliza distintos métodos para atacar a otro más poderoso. La mejor forma de ganar esta batalla es lograr un mayor control de las fronteras externas y del movimiento interno", concluyó.