"Por primera vez en un caso que involucra a la CIA, la Unión Estadounidense para las Libertades Civiles anuncia hoy un acuerdo en la demanda contra los dos psicólogos que diseñaron e implementaron el brutal programa de la agencia", publicó ACLU.
La ACLU no reveló los detalles de los términos del acuerdo, pero el grupo de defensa lo consideró como una victoria.
"Esta es una victoria histórica para nuestros clientes y las reglas de la ley", dijo el abogado de la ACLU, Dror Ladin y agregó "este resultado demuestra que hay consecuencias para la tortura y que los sobrevivientes pueden responsabilizar a los responsables de la tortura, y es una clara advertencia para cualquiera que piense que puede torturar con impunidad".
Los métodos de tortura utilizados en Salim, Ben Soud y Rahman incluyeron clavarlos en las paredes, rellenarlos en cajas de ataúdes, exponerlos a temperaturas extremas, no darles de comer, diversos tipos de tortura de agua y encadenarlos en posiciones de estrés diseñadas para infligir dolor y mantenerlos despiertos durante días, según documentos judiciales archivados en el caso.
Rahman, un refugiado afgano que vivió en Pakistán con su esposa y cuatro hijas, murió como resultado de la tortura de la CIA, según observó una autopsia y una revisión interna de la misma agencia.
El cuerpo de Rahman nunca fue devuelto a su familia para ser enterrado.
Salim, un pescador de Tanzania, fue mantenido durante cinco años por el ejército estadounidense antes de ser liberado con una carta en la que reconoció que no representaba ninguna amenaza para los Estados Unidos.
Ben Soud, un refugiado de Libia, fue capturado en Pakistán y enviado a dos cárceles secretas de la CIA, donde fue torturado durante más de dos años.