Actualmente, el cambio climático ha producido el aumento del nivel de los mares, la inundación de comunidades costeras y la migración forzada a una escala sin precedentes. En 2016, 23,5 millones de personas fueron desplazadas por desastres relacionados con el clima, según las estadísticas del Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno.
Sin embargo, para nadie es un secreto que el clima extremo de la región es el principal enemigo de la vida y el principal factor que explica por qué estos recursos todavía no han sido explotados. Y aquí es donde el calentamiento atmosférico podría convertirse en un salvavidas y hacer de estas tierras inhóspitas el próximo paraíso inmobiliario.
Científicos del Instituto de Bosques V. N. Sukachev de la Academia de Ciencias de Rusia, liderado por la doctora Elena Parfenova, han examinado el potencial climático y agrícola de Siberia.
Para proyectar cómo sería el clima de Siberia para el año 2080, los investigadores analizaron datos de 1.000 estaciones meteorológicas entre 1960 y 1990 y establecieron líneas base de temperaturas para enero y julio y de precipitación anual.
Los investigadores descubrieron que para 2080, Siberia podría tener un clima más suave con menos cobertura de permafrost. Dependiendo del escenario de proyección, las temperaturas podrían aumentar 9,1 °C en pleno invierno y hasta 5,7°C en verano. Incluso, la precipitación anual puede aumentar de 60 milímetros a 140 milímetros.

De acuerdo con Parfenova, "en uno de los escenarios, la densidad de población puede aumentar hasta tres veces".
No obstante, hay que tomar en cuenta la escasez de condiciones de la región. Es por esto que la investigadora señala que "esto no significa que la gente necesariamente irá allí. No hay ferrocarriles, y la infraestructura es pobre. Tengo algunas dudas porque nadie sabrá cuándo se derretirá el permafrost. Tal vez este territorio se transformará en un gran pantano. Pero será mejor que ahora, ya que el frío severo del invierno será más suave".

Asimismo, el proceso de descongelamiento puede conducir al hundimiento del terreno, lo que puede socavar los cimientos y finalmente destruir carreteras, puentes y otras infraestructuras necesarias.
Por lo pronto, hay algo en lo que todos los científicos coinciden: lo que será determinante para el aumento de la población será el desarrollo socioeconómico de la región.