La presencia de figuras políticas y diplomáticas estadounidenses en las manifestaciones ucranianas a finales del 2013 y principios del 2014 supuso para muchos, única y exclusivamente, un apoyo al movimiento por una vida más digna. Sin embargo, los hechos posteriores al Maidán apuntan que, bajo lemas como 'más democracia', 'mayor libertad de expresión' o 'mejor nivel de vida' —ninguno de los cuales ha sido alcanzado en los últimos años sino, más bien al contrario, solo empeorado— se escondía en realidad una intención mucho más pragmática, apunta el autor de un análisis publicado en Zvezda.
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Pocos conocen que el 5 de septiembre de 2013, poco antes del cambio de poder en Ucrania, en el sitio web de licitaciones estadounidense Federal Business Opportunities apareció un pedido que, entre otras cosas, preveía trabajos de construcción y remodelación en las zonas aledañas al puerto de Sebastopol, donde, según lo acordado entonces, se ubicaba la Flota de Mar Negro de Rusia. El documento, de 124 páginas, enumeraba los trabajos destinados a adaptar la infraestructura civil y militar de Crimea según los estándares de la OTAN.
En otras palabras, incluso antes de la llamada 'Revolución de la dignidad' ucraniana, EEUU ya tenía previsto adueñarse lo antes posible de la base naval de Sebastopol.
Sin embargo, esos planes se frustraron. La población de la península —mayoritariamente rusa— no reconoció el derrocamiento del Gobierno legítimo y la llegada de fuerzas nacionalistas al poder en Kiev. Además, mediante sufragio universal, optó por reunificarse con Rusia. La licitación del Pentágono sobre la base de Sebastopol fue anulada el mes siguiente del referéndum, en abril del 2014.
Sin embargo, el Pentágono no ha abandonado su disposición a asentarse en la costa norte del mar Negro. Es precisamente por eso que la Marina estadounidense ha iniciado la construcción de un centro operacional en la localidad de Ochákov. Según las palabras del encargado de las labores de construcción, el subteniente de la Marina de EEUU Jason McGee, su edificación permitirá mejorar el nivel de cooperación durante los ejercicios militares entre las fuerzas ucranianas y estadounidenses.
"¿Por qué se demoraron tanto en su construcción? Porque se requería evadir la ley ucraniana que impide el establecimiento de bases extranjeras en el territorio del país. Y la evadieron. Formalmente, la instalación se dedicará a dar cobertura a los ejercicios militares conjuntos", indicó a Zvezda el director del Centro de Estudios Geopolíticos, Dmitri Rodionov.
A consideración de los expertos, bajo esa excusa, este centro podría fácilmente funcionar como un enclave logístico o incluso una base naval de pleno funcionamiento, como lo es, por ejemplo, la base operacional estadounidense en Nápoles (Italia). "Ellos no pudieron arrastrar a Ucrania hacia la OTAN y sacar a la Flota [rusa] del Mar Negro, así que decidieron entrar en otro lugar", subraya el experto.
Esto supone un precedente bastante incómodo para Rusia, aunque no fatal, concluye.