El grupo de investigadores, dirigido por el profesor Dmitri Golberg, integraba también a científicos del Instituto Nacional de Ciencias de los Materiales (Japón), la Universidad Beijing Jiaotong (China) y la Universidad de Tecnología de Queensland (Australia).
Un investigador del Instituto de Física Bioquímica de la Academia Rusa de Ciencias, Leonid Chernozatonski, ha confirmado al medio que el hallazgo de los científicos rusos tiene una importancia global. Sin embargo, destacó que aún falta para que estos superconductores puedan producirse a escala industrial.
"Nuestro descubrimiento hará un uso activo de este material en los ámbitos científico y tecnológico, como la energía fotovoltaica, la optoelectrónica o el almacenamiento de energía", expone uno de los coautores de la investigación, el científico de MISiS Pável Sorokin.
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Los semiconductores son la base de la electrónica moderna y varios estudios tratan de avanzar en este campo y hacerlos cada vez más pequeños. La meta es conseguir crear nanoprocesadores, que están llamados a sustituir a los microprocesadores actuales. Este avance permitirá crear equipos electrónicos minúsculos y ultraligeros.