La investigación, llevada a cabo por la Universidad de Maryland, descubrió que las personas que beben grandes cantidades de bebidas energéticas tienen mayor posibilidad de terminar usando drogas, en particular estimulantes.
Los científicos observaron un aumento significativo en el consumo de drogas entre jóvenes de 25 años que solían consumir bebidas energéticas regularmente en los cinco años anteriores. Las drogas más usadas por esos jóvenes eran la cocaína, el alcohol y los estimulantes de receta médica.
"Este estudio proporciona la evidencia de una contribución específica del consumo de bebidas energéticas a un posterior abuso de sustancias", destacó Amelia Arria, autora principal del estudio.
Lea más: Neurólogos crean una deliciosa bebida energética que no perjudica la salud
Otra investigación llevada a cabo anteriormente mostró que las bebidas energéticas producen cambios en la presión sanguínea y pueden afectar al funcionamiento del corazón.