Al principio, el Shkval poseía una ojiva nuclear de 150 kilotones, lo que compensaba ciertos inconvenientes, como el alto nivel de ruido, su corto alcance (hasta 10 kilómetros) y su capacidad de sumergirse solo a unos 30 metros, así como la poca maniobrabilidad.
La versión moderna del torpedo no nuclear será mejorada considerablemente, teniendo en cuenta nuevas metas y objetivos. El interés mundial por el Shkval es enorme, el modelo de exportación de estos torpedos cuesta unos seis millones de dólares por unidad, según el periodista.
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Creado con el uso de las tecnologías espaciales, Shkval se destaca de otros torpedos y "supera los límites de lo posible", asegura Jrolenko.
"En la esfera de la hidrodinámica no tenemos competencia, con el Shkval estamos adelantando unas cuatro décadas al resto del mundo. Actualmente, solo Rusia produce este tipo de armas", subraya el analista.
EEUU está desarrollando un torpedo similar desde 1997, pero todavía no tiene prototipos. En 2000, el ciudadano estadounidense Edmond Pope intentó comprar en secreto la documentación del Shkval en Rusia, pero no consiguió hacerlo. No obstante, EEUU posee otro torpedo, Mark 48, cuya modernización fue más exitosa. El torpedo es capaz de buscar y atacar objetivos a una velocidad de 55 nudos, pero está lejos de alcanzar el Shkval.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 15 апреля 2017 г.
El autor observa que Rusia también es el único país que dispone de antitorpedos.
"La fuerza marítima del país es la base de su seguridad, crecimiento económico, así como presencia e influencia en el océano mundial", concluye el autor.