"Hemos oído que va a haber otra marcha en alguna parte, pero no hemos podido averiguar dónde exactamente. Hemos oído que [los supremacistas blancos] se volverían a reunir… todavía están aquí y hemos echado a muchos de ellos fuera de aquí hoy", explicó Katrina Turner.
Un centenar de manifestantes se congregaron el 13 de agosto en el centro de Charlottesville frente a la comisaría de policía.
Charlottesville, en el estado de Virginia, se convirtió el pasado 12 de agosto en escenario de violentos choques entre supremacistas blancos, que había convocado una manifestación, y sus oponentes, entre los que se encontraban activistas de BLM.
Los choques provocaron al menos tres muertos –uno falleció en la embestida de un vehículo y dos al estrellarse un helicóptero policial que vigilaba la situación– y más de 30 personas heridas.
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Las autoridades de Virginia declararon el estado de emergencia y condenaron la violencia racista.