A partir de esta declaración, el analista y general retirado afgano Atiqula Amarkel comentó a Sputnik la posibilidad del uso de las Fuerzas Armadas rusas en su país.
El general destacó que el gobierno de Afganistán y otros países tratan de derrocar a Daesh, sin embargo el grupo radical sigue haciéndose cada vez más fuerte. Todo está bastante claro: hasta ahora Daesh no ha tenido suficientes fuerzas para contrarrestar al gobierno afgano, por eso en caso de que los yihadistas de este grupo se vuelvan una amenaza para Rusia, el país eslavo no va a dejarlos sin respuesta adecuada, añadió.
"La guerra en Afganistán se está ampliando, además de los talibanes y Daesh aquí actúan otros grupos terroristas. Hay seguir analizando la situación", dijo el militar.
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Las relaciones entre Estados Unidos y Rusia están empeorando, por lo cual es posible que Washington trate de utilizar diferentes grupos islamistas con tal de desestabilizar la situación en las repúblicas de Asia Central, por lo que Rusia sigue vigilando el estado de las cosas en la región.
De todas maneras, las consecuencias de la participación rusa en la ofensiva contra Daesh en Afganistán serán complicadas, pero este país es de mayor importancia para Moscú, concluye el experto.
El diplomático ruso Kabúlov había señalado que Daesh —autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros países— está fortaleciendo sus posiciones en Afganistán y esta situación inquieta a Moscú, ya que todo esto puede resultar en la propagación de la inestabilidad a los países de Asia Central.
Las mayores preocupaciones de Moscú están vinculadas con la reciente entrega de armas a los yihadistas de Daesh en Afganistán, realizada en helicópteros no identificados.