Los promotores del proyecto del Fondo de Inversión Pública pretenden convertir las 50 islas del mar Rojo que han conservado su aspecto natural en un gran parque de recreo cuya superficie excederá a Bélgica.
Se supone que será un lugar donde las leyes estrictas sobre la vestimenta de las mujeres podrán ser más relajadas, escribe The Sun. En la actualidad, los pocos turistas occidentales que se dirigen a la península Arábiga, eligen a Dubái, donde se les permite llevar bikinis en la playa.
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La decisión de modificar las 50 islas fue tomada por el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salmán, que busca modernizar la economía del país tras la caída de los precios de petróleo en 2014. Tras darse cuenta de que es poco probable que los visitantes extranjeros se sientan atraídos por playas donde las mujeres deben cubrir sus cuerpos de pies a cabeza, ordenó crear una playa que será manejada de acuerdo con las normas internacionales.