Algunos de los acuerdos alcanzados en las Conferencias de la Haya (la primera se organizó en 1899) siguen en vigor hasta hoy en día e imponen una serie de restricciones de armas y métodos de guerra que pueden ser utilizados por los bandos opuestos: balas expansivas, bombardeos desde globos aerostáticos y proyectiles con gas venenoso.
Las balas expansivas
Estos proyectiles están oficialmente prohibidos en la esfera militar, sin embargo, se utilizan ampliamente por los cazadores de animales grandes por su alta capacidad paralizadora. Esta arma, cuando alcanza el tejido blando aumenta drásticamente su diámetro, causando un fuerte daño a los órganos internos. La primera bala de este tipo apareció en la década de 1890 y se conocía como dum-dum — por el nombre de una región en las afueras de Calcuta — que albergaba una fábrica de armas del Reino Unido. Eran balas de acero suave. Cuando alcanzaba el blanco, el proyectil se abría como una flor. En la mayoría de los casos, las heridas causadas por el artefacto eran mortales o garantizaban una incapacidad permanente para la víctima.
Se trata de un arma terrible que se convirtió en un símbolo de la Guerra de Vietnam. El napalm es, de hecho, una gasolina viscosa y sencilla de fabricar. Al combustible se le añade un espesante que se extrae de una mezcla de sales de aluminio de ácidos orgánicos, es decir, nafténicos, palmíticos, y otros. Esta sustancia es altamente inflamable, quema durante un período largo y se pega a todas las superficies, verticales incluidas. Y es realmente muy difícil extenderla.
Los norteamericanos en Vietnam quemaron con napalm aldeas enteras y bosques extensos, privando al enemigo de cualquier refugio. La mezcla se utilizaba en las bombas aéreas además de en cartuchos incendiarios. En contacto con el cuerpo el napalm causaba quemaduras graves hasta que los heridos morían a causa del dolor.
Las municiones en racimo
Este tipo de arma se prohibió recientemente. En diciembre de 2008, en Dublín, 93 Estados firmaron la Convención sobre las Municiones en Racimo, que excluye por completo su utilización en las hostilidades.
"Estas municiones son muy eficaces contra objetivos dispersos", detalló el periodista.
El fósforo blanco
Las minas antipersona
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