Revolucionar el arte, trascender fronteras, mirar el mundo desde el sur. Es la propuesta de una bienal que rompe con todos los esquemas de este tipo de eventos. Más de 250 artistas de todo el mundo se darán cita en espacios públicos, museos, centros culturales y monumentos en 30 ciudades de 15 países entre finales de agosto y noviembre de 2017.
El puntapié inicial será el 23 de agosto en Montevideo, a partir de lo cual se inicia las exposiciones, instalaciones y actividades en las distintas sedes de distintos países.
"Es un proyecto horizontal donde no hay un centro único, sino que cada punto se puede transformar en uno. Para nosotros es muy importante pensar desde un ‘sur global'. El sur, el punto de enunciación desde donde estamos y pensamos y a la vez indiscutiblemente en este tiempo contemporáneo, que es un tiempo global", explica a Sputnik Diana Wechsler, directora artístico-académica de Bienalsur.
A diferencia de las bienales tradicionales, en las que se convoca a un curador que luego articula las muestras sobre una temática, dentro de un recinto determinado, Bienalsur propone una modalidad mucho más abierta.
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"Siempre decimos que no es una bienal porque se haga cada dos años sino porque dura dos años", indica a Sputnik Aníbal Jozami, rector de la UNTREF.
A través de plataformas en línea, realizaron unas 11 conferencias con expositores destacados y llegaron a 25.000 personas en todo el mundo, que aportaron a la reflexión en profundidad sobre el fenómeno artístico y la manera de encarar la bienal.
"Era una aspiración poder alcanzar la mayor cantidad de candidatos posibles, de la mayor diversidad de orígenes y poder testear los temas que estaban en discusión. En vez de proponer un tema y condicionar la emergencia de proyectos, buscamos hacer el proyecto al revés", comenta Wechsler.
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El resultado: propuestas de artistas consagrados y otros menos conocidos, que bajo otra modalidad difícilmente hubieran podido acceder a un evento de esta envergadura. A la vez, la escala global —Bienalsur contará con expositores de países tan diferentes como Rusia, Canadá, Madagascar o Benín— permitió "un muestreo significativo de la escena internacional".
Bienalsur tiene cinco grandes líneas de trabajo: Acciones e interferencias en el Espacio Público, Curadurías con las obras presentadas por los distintos creadores, Colección de Colecciones a partir de acervos establecidos, Proyectos Asociados y Arte en las Fronteras.
Un ejemplo de Arte en las Fronteras es 'Triángulo Terrestre', una intervención en una zona en litigio entre Chile y Perú. En pueblos divididos por realidades históricas, artistas de ambas naciones, EEUU y Bolivia buscaron los puntos en común entre quienes viven a un lado y otro de la frontera, planteando una "herramienta de integración regional a través del arte y la cultura".
El vínculo con la sociedad es otra de las constantes de la intervenciones. El fotógrafo iraní Reza, reconocido en todo el mundo, trabaja con comunidades vulnerables en todo el mundo. Para empoderar a las personas a través del arte, dará talleres en la Villa 21 y Fuerte Apache, zonas de la capital argentina donde viven poblaciones desfavorecidas.
El japonés Katsushiko Hibino también trabaja con minorías. En este caso, el nipón propone Turn, una acción que crea un nexo entre el arte y niños y jóvenes con trastornos emocionales.
El brasileño Eduardo Srur colocará sobre el río Paraná y el contaminado Riachuelo de Buenos Aires esculturas realizadas con plástico de botellas, una manera de concienciar sobre la problemática ambiental.
El Perito Moreno, el imponente glaciar del sur argentino, es el protagonista de "Tierras de fuego", una videoinstalación de la polaca Angelika Markul, una denuncia de los efectos devastadores de la mano del hombre en la naturaleza, así como del exterminio de los pueblos originarios de la zona.
Desde Francia, Christian Boltanski propone una intervención sonora en los campos patagónicos de la Bahía Bustamante. El inmenso horizonte de las llanuras australes se mezcla con partituras musicales y crea "mitologías".