"Moldavia todavía quiere terminar lo que empezó en 1992, lo que hoy impiden los pacificadores rusos", dijo al mencionar que las acciones de Chisinau "están encaminadas a cambiar el formato de la operación de paz y a expulsar de Transnistria a Rusia como garante de la paz".
A la vez, Krasnoselski acusó al Tribunal Constitucional y al Parlamento de Moldavia de hacer "declaraciones fuertes", provocando "agresión por el momento no ardiente".
"Estoy profundamente convencido de que debemos permanecer conectados a nuestros amigos, nuestros aliados, nuestros pacificadores, aunque también es necesario que confiemos en nosotros mismos, en nuestras propias fuerzas para defender Transnistria", agregó.
Chisinau perdió el control de los territorios en la orilla izquierda del Dniéster en 1992, tras un intento frustrado de resolver el problema por la fuerza.
Actualmente Transnistria es un territorio con todos los atributos de un Estado, donde opera una misión internacional de paz con la participación de fuerzas rusas.
Hace unas semanas, la coalición parlamentaria de Moldavia aprobó una declaración que exige la retirada de los militares rusos de Transnistria.
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La semana pasada, el Gabinete moldavo prohibió la entrada en el país de varias personalidades de Rusia, incluidos artistas famosos, que se dirigían a Transnistria para celebrar el 25 aniversario de la operación de paz en la región.
Además, el 28 de julio, las autoridades de Rumanía prohibieron la entrada en su espacio aéreo a un avión de la compañía rusa S7, que volaba rumbo a Transnistria, alegando que a bordo se encontraba una persona incluida en la lista de sanciones de Occidente, el vice primer ministro ruso, Dmitri Rogozin.