"La desestabilización de la situación en esta región tal vez podría ser atractiva a alguien en Occidente para intentar involucrar a Rusia en otro conflicto más", dijo citado por la televisión Rossiya 24.
Asimismo subrayó que "siendo presidente de la República de Moldavia haré todo lo posible para impedir cualquiera desestabilización".
Transnistria, donde los rusos y los ucranianos constituyen el 60 por ciento de la población, luchó por separarse de Moldavia antes de la desintegración de la Unión Soviética, al temer que la propagación del nacionalismo empujara a los moldavos a unirse a Rumanía.
Chisinau perdió el control de los territorios en la orilla izquierda del Dniéster en 1992, tras un intento frustrado de resolver el problema por la fuerza.
Las negociaciones en el formato 5+2, en el que participan Moldavia y Transnistria como partes en conflicto, Rusia, Ucrania y la OSCE en calidad de mediadores, y la UE y EEUU como observadores, sirven para encontrar una solución a la situación en la zona.
En Transnistria opera una misión internacional de paz con la participación de fuerzas rusas.