La Casa Blanca no ha tenido suerte con su equipo de prensa, pues el anterior portavoz de la Presidencia, Sean Spicer, inició su primera conferencia con una controversia relacionada con la dimensión del público que asistió a la inauguración del presidente el pasado 20 de enero.
Anthony Scaramucci, del corazón de Wall Street a la candela de la política de Washington, fue un director de comunicaciones sin experiencia política que había aparecido como un 'salvador' que vendría a rescatar la relación entre esta Administración Trump y la prensa, si es que alguna vez hubo una relación, puesto que la tensión surgió en la campaña electoral donde la prensa contraria al presidente fue catalogada como 'Fake News'.
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A continuación vamos a analizar los cinco errores imperdonables que Anthony Scaramucci cometió en 11 días como director de Comunicaciones de la Presidencia y que nadie en su cargo debería cometer en ningún nivel político, ya sea federal, provincial o local.
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Full transparency: I'm deleting old tweets. Past views evolved & shouldn't be a distraction. I serve @POTUS agenda & that's all that matters
— Anthony Scaramucci (@Scaramucci) 22 июля 2017 г.
Cinismo exagerado, "love, love and love"
El estilo muy frontal de Sean Spicer había sido motivo para una parodia en el programa Saturday Night Live, la personificación de Melissa McCarthy logró un record de teleaudiencia. Se le consideraba directo y un tanto agresivo a la hora de interactuar con los periodistas que cubren la fuente de la casa de gobierno. En cambio, cuando Anthony Scaramucci hizo su debut, parecía más bien una conferencia motivacional de desarrollo personal. El nuevo director de comunicaciones utilizó la palabra 'amor' en todas las formas posibles y llegó a usar ese sustantivo recurrentemente y expresar su amor por el presidente y todo lo demás que pueda ser amado. Con el paso de los días nos daríamos cuenta que ese amor evolucionaría a amenazas e insultos.
Do you want to know what love is all about? Tune in to the new @WhiteHouse under @Scaramucci https://t.co/MfmUGYQCsI
— Geovanny Vicente (@geovannyvicentr) 22 июля 2017 г.
Insultos a su equipo, algo que no debe suceder, ¡nunca en la primera semana!
"Es un jodido paranoico y esquizofrénico", este tan solo fue uno de los insultos con los que Scaramucci llegó encendiendo la casa del número 1.600 de la avenida Pensilvania. Luego de ver una comparación de videos sobre disertaciones separadas tanto de Trump como de Scaramucci, sorprende el gran parecido del lenguaje corporal y los gestos de ambos empresarios. Scaramucci, al igual que Trump, empezó su gestión con un estilo incendiario, de confrontación y sin filtros, pareciendo a veces un tanto acusatorio cuando trataba de descubrir los culpables de las filtraciones de información. La persona tildada de esquizofrénico por Scaramucci fue el jefe de personal, Reince Priebus. ¡Se perdió el respeto!
It's official. @Scaramucci is the stupidest person ever to work in White House communications.
— Lawrence O'Donnell (@Lawrence) 27 июля 2017 г.
Amenazas: "lo que voy hacer es que voy a eliminar a todos los del equipo de Comunicaciones y empezar otra vez".
¿Director de Comunicaciones, investigador o inquisidor? La realidad es que The Mooch —como le llaman— vino dispuesto a limpiar la casa. El sentido común se perdió cuando Scaramucci escribió un tuit envenenado etiquetando a su jefe superior, Priebus, donde también involucró la cuenta de Twitter de FBI.
Wrong! Tweet was public notice to leakers that all Sr Adm officials are helping to end illegal leaks. @Reince45 pic.twitter.com/AB0reseuX1
— Anthony Scaramucci (@Scaramucci) 27 июля 2017 г.
Las amenazas de despidos de Scaramucci fueron tan tenebrosas como las amenazas de despidos de la única fábrica que da sustento a un pueblo olvidado en el desierto. En sus palabras, cuando habla de la manera sumaria con que efectuaría tales despidos, se nota lo inescrupuloso del contenido, para muestra un botón: "Despedí a un tipo el otro día. Tengo a tres o cuatro más que despediré mañana. Llegaré a la persona que le filtró eso. Reince Priebus —si quiere filtrar algo— se le pedirá que dimita en breve".
Lenguaje colorido, un término que sustituye lo vulgar
Como si fuera la película de El Padrino, Scaramucci quiso poner su sello desde el primer día imponiendo el respeto a través del terror, lo que no necesariamente se traduce en respecto, sino en miedo. Tanto con sus amenazas como con su lenguaje soez, Scaramucci por 11 días dirigió su oficina al estilo clásico de la mafia italiana, ejerciendo un control férreo que se tradujo en un terremoto que se llevó todo lo que encontró en su camino, incluyendo a Sean Spicer en la entrada.
I sometimes use colorful language. I will refrain in this arena but not give up the passionate fight for @realDonaldTrump's agenda. #MAGA
— Anthony Scaramucci (@Scaramucci) 27 июля 2017 г.
Nunca acaparar más cámaras y atención que el propio presidente, es jugar con fuego
The Mooch did his homework. pic.twitter.com/Wku0DF2ovd
— The Daily Show (@TheDailyShow) 24 июля 2017 г.
Conclusión, a Trump le luce su lenguaje incendiario, bueno, nos hemos acostumbrado porque es el presidente y nadie cambiará eso, al menos no todavía. Esa fórmula franca y directa no le funciona a Scaramucci y debemos recordarle la primera de las '48 Leyes del Poder', de Robert Greene: "Nunca le haga sombra al jefe".
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