"Tienen lugar violaciones obvias y burdas del derecho internacional que afectan a los ciudadanos de Catar", dijo en una entrevista concedida a Al Jazeera al comentar las acciones de los cuatro países que impulsaron el boicot a Doha.
El diplomático indicó que Catar se comporta de manera responsable y civilizada para resolver la crisis pacíficamente, mientras que las declaraciones de los cuatro países árabes son ambiguas e inconsistentes.
El 5 de junio, Arabia Saudí, Baréin, Egipto y Emiratos Árabes Unidos rompieron relaciones diplomáticas con Catar y suspendieron todas las comunicaciones terrestres, marítimas y aéreas con la pequeña monarquía del golfo Pérsico, a la que acusaron de patrocinar el terrorismo.
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Al bloqueo diplomático se sumaron posteriormente Libia, Yemen, Maldivas, Mauritania y Comoras, también Jordania y Yibuti decidieron rebajar el rango de las relaciones diplomáticas con Catar, y Chad y Senegal llamaron a consultas a sus embajadores en Doha.
Para normalizar las relaciones, los promotores del boicot presentaron a Catar 13 condiciones, entre ellas, el cierre de la cadena de televisión Al Jazeera, la ruptura de los vínculos con Irán y con el movimiento de los Hermanos Musulmanes, así como el desmantelamiento de una base militar turca.
El 30 de julio los cuatro países reafirmaron en las negociaciones en Manama su disposición de entablar el diálogo con Doha siempre y cuando se comprometa con la lucha contra el terrorismo y cumpla las 13 condiciones presentadas anteriormente.
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El Gobierno de Catar calificó de injustificado el bloqueo diplomático y de inviables las condiciones para levantarlo.