Varias investigaciones apuntan a que el sistema nervioso participa activamente en el proceso de envejecimiento. El hipotálamo —región nuclear del cerebro— desempeña uno de los papeles más importantes en este proceso.
"Nuestra investigación muestra que el número de células madre en el hipotálamo se reduce con el tiempo y que ello acelera el envejecimiento. Pero hallamos además que los efectos de esta pérdida no son irreversibles. Es posible frenar o incluso hacer retroceder diversos aspectos del envejecimiento del cuerpo al recuperar las células madre perdidas y las moléculas que producen", afirmó uno de los participantes del proyecto, Dongsheng Cai.
Las células madre no dejan de funcionar aún después de que el cerebro esté completamente desarrollado y siguen dividiéndose y produciendo nuevas neuronas, pero su cantidad se reduce con el tiempo, lo que provoca el envejecimiento del cerebro y de todo el organismo en general. Los investigadores consideran que mediante la implantación en el hipotálamo de nuevas células madre podría prolongarse la juventud.
El estudio se llevó a cabo en ratones, pero los autores de la investigación creen que los resultados obtenidos podrían ser aplicables también a los humanos. La reducción de células madre en varios ratones redujo su esperanza de vida en dos meses y aumentó las señales de envejecimiento. Además, afectó a su memoria, coordinación, masa muscular, resistencia y densidad de la piel.
Para verificar si se conseguía también el efecto contrario, los expertos introdujeron células madre en ratones adultos, tomadas de ratones jóvenes. En este caso, su vida se prolongó en un 15% y les permitió mantener un buen estado físico, típico de los ejemplares jóvenes.