Este gen controla el comportamiento de las células madre durante el crecimiento inicial de un organismo, según un artículo publicado en Cell Stem Cell.
"Hace mucho tiempo aprendimos a cultivar réplicas pequeñas in vitro, pero no sabemos nada acerca de cómo crecen en el cuerpo de los animales", indica Peter Currie de la Universidad de Monash.
A lo largo de las últimas dos décadas, los biólogos han aprendido a convertir las células madre en tejido óseo, músculos, piel y sistema nervioso. Estos tejidos pueden utilizarse como 'piezas de recambio' en caso de daños en el cuerpo o como un medicamento para un número de enfermedades degenerativas.
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Por ejemplo, las neuronas 'madre' pueden llegar a ser la panacea para el tratamiento de las enfermedades de Alzheimer y Parkinson, mientras sus otras variantes son capaces de ayudar a recuperar miembros y órganos perdidos.
El cultivo de órganos de mayor tamaño se ve obstaculizado por el hecho de que las células madre comienzan a morir en masa en el caso de que el espesor del tejido cultivado exceda un cierto nivel crítico.
La solución a este problema puede situarse en las células madre presentes en casi todos los órganos humanos y animales, implicados en la restauración o la sustitución del tejido dañado, al final de su vida útil.
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El secreto de su trabajo, como muestran los experimentos con embriones del pez cebra (Danio rerio), consiste en una proteína particular y el gen Meox 1, asociado con ella, que literalmente 'controlan' el crecimiento de órganos y definen qué células madre dejan de reproducirse una vez formado el embrión y se convierten en modelos de las células 'adultas', y cuáles conservan la capacidad de reproducirse y ayudar a los órganos a repararse en caso de lesiones o traumas.
El Meox1 y la proteína, según los investigadores, pueden controlar la formación de todos los órganos humanos y animales.
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Por lo tanto, el descubrimiento de otras moléculas similares y el estudio de su funcionamiento nos ayudarán a entender cómo se puede 'obligar' a las células madre a 'autoreparar' el órgano dañado o a hacer crecer su sustitución dentro del cuerpo de un paciente.