Tras la decisión del Congreso de EEUU de imponer más sanciones a Rusia, Alemania tiene ahora más razones que nunca para pensar que Washington está intentando proteger sus intereses económicos en materia de energía a costa de Europa, afirma el periódico.
"No es extraño que las reacciones de Alemania [a las sanciones de EEUU] estén siendo duras (…) Existe la amenaza de una guerra comercial que dañe a las compañías alemanas (…) De ser necesario, responderemos a los estadounidenses con la misma moneda", ha avisado la ministra del país teutón.
Para Zypries, dichas medidas ya no responden a la reunificación de la península de Crimea por parte de Rusia ni al apoyo de Moscú al presidente de Siria, Bashar Asad, en la guerra civil. Tampoco están conectadas con la supuesta injerencia rusa en las elecciones presidenciales norteamericanas, sino a los intereses energéticos de Estados Unidos, que se sienten amenazados por el interés de Europa en el gas ruso, ahora que el proyecto Nord Stream 2 va por buen camino.
Y es que la rivalidad entre Estados Unidos y Rusia en el mercado de los hidrocarburos es algo que incomoda a Washington, sentencia Die Welt.
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Paralelamente, incluso los analistas estadounidenses alertan de que la impresión es que el objetivo de las sanciones a Rusia es perjudicar la política cordial que el mandatario estadounidense, Donald Trump, practica con Moscú, apunta el rotativo alemán.
"Parece como si [los congresistas estadounidenses] estuviesen intentando preservar los intereses de su industria petrolera a costa de las compañías europeas", ilustra Die Welt.
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La decisión del Congreso estadounidense se ha convertido también en un desafío para Trump, que deberá ahora decidir si firma la ley o la veta. Si la firma, levantará una desconfianza generalizada por su acercamiento a Moscú; si la veta, los mismos legisladores podrían acabar anulando su voto.