El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, anunció la firma de un acuerdo con Rusia para comprar el sistema antiaéreo S-400.
"Es un hecho que el sistema antiaéreo de la OTAN es incapaz de proteger la totalidad del territorio turco debido a la orografía del terreno y sus limitaciones tecnológicas", dijo Kibaroglu, citado por la agencia Anadolu.
Turquía se integró al escudo antimisil de la OTAN tras la cumbre de Chicago de 2012.
Kibaroglu advirtió que millones de ciudadanos turcos corren riesgo frente a un posible ataque con misiles desde el Oriente Medio.
"Por eso es ilógico que el Gobierno no tome medidas", aseveró.
Lea también: Los S-400 rusos, el escudo de Turquía contra… ¿Occidente?
Además cuestionó a los políticos de alto nivel y responsables militares de varios países de la OTAN que intensifican sus críticas a Ankara pese a la transparencia del trato turco-ruso sobre el S-400.
Según el experto, "los aliados saben muy bien que los sistemas rusos pueden funcionar paralelamente a los complejos de la OTAN sin perjudicar la seguridad".
Un alto funcionario de la OTAN, dijo Kibaroglu, confesó que el bloque bélico se opone a la idea de la compra de los sistemas S-400 por motivos políticos.
Más aquí: El alejamiento de Turquía de la OTAN, doloroso y complicado
Kibaroglu sostuvo que Turquía necesita desarrollar su propio sistema antimisil para compensar las deficiencias del escudo de la OTAN.
"A corto plazo esto se puede lograr adquiriendo sistemas antimisiles en el exterior y son pocos los países que poseen esas tecnologías", apuntó.
El sistema antiaéreo S-400 Triumf (SA-21 Growler en la clasificación de la OTAN) es capaz de abatir objetivos aéreos de tecnología furtiva, misiles de crucero, balísticos tácticos y táctico-operativos.
El S-400 tiene un alcance de hasta 400 kilómetros y puede destruir blancos a alturas de hasta 30 kilómetros; por sus prestaciones, este sistema pertenece a la generación 4+ y es el doble de eficaz que sus antecesores.