"Los suministros de recursos de energía de Rusia forman una parte inalienable de la arquitectura energética de Europa, por eso cualquier intento de impedir esos suministros resulta una amenaza para la seguridad energética de todo el continente", dijo el funcionario.
"El nivel de cooperación entre Alemania y Rusia en la esfera de los suministros de energía debe ser decidido por esos países, y no puede regirse por decisiones políticas de terceros", advirtió.
El funcionario destacó que el Gobierno alemán y la Comisión Europea rechazan las nuevas sanciones extraterritoriales de EEUU, y Wintershall se une a esa protesta.
"Al parecer, actualmente es la geoeconomía la que establece las reglas del juego, y nosotros, las compañías cuyos intereses y proyectos resultan afectados, somos solo una pelota de tenis en ese partido", señaló.
El documento, en caso de aprobarse por el Senado y la Casa Blanca, supone imponer nuevas restricciones a las compañías europeas por colaborar con las empresas rusas en el sector energético, en concreto en el proyecto Nord Stream 2 que prevé el tendido de dos tuberías de gas con capacidad para 55.000 millones de metros cúbicos anuales desde la costa rusa hasta Alemania por el fondo del mar Báltico.
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En la mira estarían los cinco gigantes energéticos europeos ENGIE, OMV, Shell, Uniper y Wintershall que a finales de abril firmaron sendos acuerdos con la compañía rusa Gazprom para financiar el 50 por ciento de la infraestructura, evaluada en 9.500 millones de euros.
La Unión Europea ya había calificado de unilateral la iniciativa de Washington al advertir sobre las consecuencias negativas de sus nuevas restricciones.