"El gabinete acepta la recomendación de los funcionarios de seguridad para reemplazar los detectores de metales con controles de seguridad basados en tecnologías avanzadas —inspección inteligente— y otros medios para garantizar la seguridad de los visitantes y creyentes en la Ciudad Vieja de Jerusalén", anunció el Gobierno en un comunicado difundido en la madrugada del martes.
El funcionario añadió que, además de los detectores de metales, serán retiradas algunas de las cámaras de vigilancia instaladas en el lugar sagrado en los últimos días.
El pasado 14 de julio, tres árabes con pasaportes israelíes abrieron fuego contra la policía cerca de la Puerta de los Leones, en el casco antiguo de Jerusalén, hiriendo de muerte a dos agentes.
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Los atacantes intentaron escapar hacia la Explanada de las Mezquitas, pero fueron abatidos.
Las autoridades israelíes cerraron por dos días el acceso a la Explanada tras el ataque, y cuando lo reabrieron el 16 de julio, instalaron detectores de metales a la entrada.
Los musulmanes se negaron a cruzar por los portales electrónicos argumentando que esta medida representa un grave cambio del statu quo de Jerusalén.
Las precauciones impuestas contribuyeron a crispar el ambiente no solo en Jerusalén sino también generaron protestas en Cisjordania y Gaza.
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La escalada de violencia el viernes y el sábado pasados dejó cuatro palestinos muertos en Jerusalén y centenares de heridos.